Salmo 60 – De la derrota, a la victoria en Dios
Este salmo se titula Al músico principal; sobre Lirios. Testimonio. Mictam de David, para enseñar, cuando tuvo guerra contra Aram-Naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab, y destrozó a doce mil de Edom en el valle de la Sal.
Sobre Lirios. Testimonio puede referirse a un instrumento o una melodía.
Este es un Mictam, un salmo dorado de David, destinado a enseñar, para instruir a las generaciones presentes y futuras, especialmente acerca de confiar en Dios y en nada más en tiempo de conflicto.
Los marcadores históricos “cuando tuvo guerra contra Aram-Naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab, y destrozó a doce mil de Edom en el valle de la Sal” ubican este salmo en algún momento de la primera parte del reinado del rey David, cuando sometió a las naciones vecinas. 2 Samuel 8:1-8 registra las victorias de David sobre Filistea, Moab y Siria. 2 Samuel 10:1-19 cuenta las victorias de David sobre Amón y Siria. 1 Crónicas 18:11-13 nos da las victorias de David sobre Edom (y específicamente en el valle de la Sal), Moab, Amón, Filistea y Amalec.
Las victorias descritas en 2 Samuel y 1 Crónicas no mencionan el tipo de reveses que se lamentan en este salmo. Nos recuerda que el registro histórico a menudo condensa eventos y que los éxitos fueron reales, pero no siempre inmediatos.
A. La nación derrotada.
1. (1-3) Una súplica de misericordia a Dios, quien ha afligido a su pueblo.
Oh Dios, tú nos has desechado, nos quebrantaste;
Te has airado; ¡vuélvete a nosotros!
Hiciste temblar la tierra, la has hendido;
Sana sus roturas, porque titubea.
Has hecho ver a tu pueblo cosas duras;
Nos hiciste beber vino de aturdimiento.
a. Oh Dios, tú nos has desechado, nos quebrantaste: David y los ejércitos de Israel lucharon contra ejércitos extranjeros y experimentaron cierta derrota. David sabía que cuando el Señor peleaba por Israel, la victoria estaba asegurada; si había derrota, probablemente era por el disgusto de Dios. Por tanto, David apeló a lo que él creía que era la causa principal, no la causa inmediata.
i. Peor que la derrota era el sentido de separación de Dios. “El pueblo de Dios vive una existencia sin sentido sin su presencia. Se toman la derrota en serio, porque el abandono divino es la condición más miserable”. (VanGemeren)
ii. “De no ser por este salmo y su título, no hubiéramos tenido ni idea de la resistencia de los vecinos hostiles de David cuando estuvo en la cima de su poder”. (Kidner)
b. ¡Vuélvete a nosotros!: Si de alguna manera Dios había causado la derrota de Israel, eso no desanimaba a David de apelar a Él para que Su favor fuera restaurado. Este clamor, ¡vuélvete a nosotros! inmediatamente trae esperanza hacia el asunto.
i. “Ser desechado por Dios es la peor calamidad que puede sobrevenir a un hombre o a un pueblo; pero la peor forma es cuando la persona no se da cuenta y le es indiferente. Cuando la deserción divina cause duelo y arrepentimiento, será solo parcial y temporal”. (Spurgeon)
c. Hiciste temblar la tierra: David sentía como si toda la tierra temblara por la derrota del pueblo de Dios, sin embargo, el Dios que podía sacudir la tierra también podía sanar sus roturas.
d. Has hecho ver a tu pueblo cosas duras; Nos hiciste beber vino de aturdimiento: La derrota de Israel era difícil de entender, y había muchos otros aspectos de su situación que causaban aturdimiento a David. Aún así, había una especie de consuelo al comprender que Dios era el autor de todo, porque lo que Dios hace en el juicio o la disciplina, lo puede restaurar con amor y misericordia.
i. “Has hecho ver a tu pueblo cosas duras, Dios se asegurará de arar su propia tierra, sea lo que sea que resulte del yermo; y desyerbar su propio jardín, aunque deje solo al resto del mundo de tal forma que crezca en forma silvestre”. (Trapp)
ii. Vino de aturdimiento: “Nos tambaleamos como borrachos; estamos mareados, como los que han bebido demasiado vino; pero nuestro vértigo ha sido ocasionado por el asombro y la consternación que han tenido lugar como consecuencia de la prevalencia de nuestros enemigos y el estado inestable de la tierra”. (Clarke)
iii. “Tan lejos estaba Israel, que solo la interposición de Dios podía preservarlo de la destrucción total. ¿Cuántas veces hemos visto iglesias en esta condición, y cuán adecuada es la oración que tenemos ante nosotros, en la que la extrema necesidad se utiliza como argumento para pedir ayuda?”. (Spurgeon)
2. (4-5) Esperanza en Su liberación.
Has dado a los que te temen bandera
Que alcen por causa de la verdad. Selah
Para que se libren tus amados,
Salva con tu diestra, y óyeme.
a. Has dado a los que te temen bandera: David sentía que Dios había desechado y quebrantado a Israel, sin embargo, no dejaba de enarbolar la bandera de la alianza y confianza en Dios. La verdad acerca de Dios – quién es y lo que ha hecho – exigía que se alzara esta bandera.
i. “Les dio una insignia, que sería a la vez un punto unificador para sus huestes, una prueba de que los había enviado a luchar y una garantía de victoria”. (Spurgeon)
ii. El concepto de la bandera estaba relacionado con la confianza de Israel en Dios y Su victoria para ellos. “Cuando Amalec peleó contra Israel en Refidim, la victoria llegó al pueblo de Dios cuando Moisés, apoyado por Aarón y Hur, oró en el monte y Josué salió a la batalla. Después de la victoria, Moisés construyó un altar y lo llamó ‘Jehová Nissi’, es decir, Jehová es nuestro estandarte”. (Morgan)
iii. Selah: “Observen el ‘Selah’ en este punto, lo que sugiere una atención especial a este hecho. Por el bien de ese estandarte se eleva el clamor por liberación”. (Morgan)
b. Para que se libren tus amados: Afirmando ser los amados de Dios, a pesar de la presente derrota, David entendía que su rescate se encontraría en una mayor lealtad a Dios, no en una menor.
i. Amados: “La palabra hebrea pertenece al lenguaje de la poesía amorosa; apela a los lazos más fuertes, a las relaciones más ardientes”. (Kidner)
B. El Dios victorioso.
1. (6-8) El mensaje de Dios de triunfo sobre las naciones.
Dios ha dicho en su santuario: Yo me alegraré;
Repartiré a Siquem, y mediré el valle de Sucot.
Mío es Galaad, y mío es Manasés;
Y Efraín es la fortaleza de mi cabeza;
Judá es mi legislador.
Moab, vasija para lavarme;
Sobre Edom echaré mi calzado;
Me regocijaré sobre Filistea.
a. Yo me alegraré: Hablando como un profeta inspirado, David entendía las palabras que Dios mismo habló. Dios mismo se alegraría en Su señorío sobre Israel y Su victoria sobre las naciones.
b. Repartiré a Siquem, y mediré el valle de Sucot: Con estas y las siguientes líneas, Dios proclama cómo la tierra de Israel era Su posesión especial. Las menciones específicas de Siquem, el valle de Sucot, de Galaad, de Manasés, de Efraín, y de Judá muestran que Dios no hablaba simbólicamente, sino geográficamente. Aunque es el Señor de toda la tierra, tiene especial cuidado y consideración por la tierra de Israel.
i. Mientras las naciones luchaban, era como si David entendiera que el Señor debía dar un paso al frente y resolver las disputas con Su autoridad. “Ya no se trata de rivales que luchan por la posesión, sino de que el señor de la mansión reparta sus tierras y empleos exactamente como le plazca”. (Kidner)
ii. “Efraín es llamado un ‘casco’ (literalmente, ‘la fortaleza de mi cabeza’), simbólico de fuerza; Judá es un ‘cetro’ (véase Génesis 49:10), símbolo del dominio y el gobierno”. (VanGemeren)
iii. “Observen la repetición de mío y mi, porque todo es de Él, no de ellos, y aquellos a quienes Él da, son Sus inquilinos y mayordomos. Sin embargo, debido a esto, lo que Él les da, les pertenece con mayor certeza”. (Kidner)
c. Moab, vasija para lavarme; Sobre Edom echaré mi calzado: Dios también dijo que se exaltaría a sí mismo sobre las naciones circundantes. Tanto Moab como Edom se destacaban por su orgullo (Isaías 16:6, Abdías 3). Aquí Dios les da lugares de humilde servicio.
i. “La imagen de Moab viniendo con una palangana para que el guerrero se lave los pies, representa su sometimiento a la condición de sirviente”. (VanGemeren)
ii. “Echaré mi calzado, es decir, los usaré como esclavos; ya sea alzando mi calzado para que me lo quiten; o arrojándoles mi calzado, ya sea con ira o con desprecio, como era y es la manera de muchos amos en tales casos”. (Poole)
2. (9-12) Confianza renovada en el Dios que ayuda.
¿Quién me llevará a la ciudad fortificada?
¿Quién me llevará hasta Edom?
¿No serás tú, oh Dios, que nos habías desechado,
Y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos?
Danos socorro contra el enemigo,
Porque vana es la ayuda de los hombres.
En Dios haremos proezas,
Y él hollará a nuestros enemigos.
a. ¿Quién me llevará hasta Edom? ¿No serás tú, oh Dios, que nos habías desechado?: David sabía que su derrota anterior fue porque Dios no luchó por ellos, y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos. Él confiaba en que Dios llevará a Israel a la victoria sobre la ciudad fortificada.
i. La ciudad fortificada: “Cuando David habla de ‘la ciudad fortificada’, solo puede referirse a Petra, la fortaleza montañosa más inaccesible y aparentemente inexpugnable de Edom. Solo Dios podía dar la victoria sobre una fortaleza como esa, y David lo sabía. Entonces él clama a Dios, reconociendo que ‘la ayuda del hombre es inútil’”. (Boice)
b. Danos socorro contra el enemigo, Porque vana es la ayuda de los hombres: David había visto a muchos hombres valientes lograr grandes cosas en el campo de batalla. Sin embargo, para David y para Israel, la ayuda del hombre no era suficiente; de hecho, era vana. La ayuda de Dios los conduciría a la victoria.
i. “Porque vana es la ayuda de los hombres. Como habían experimentado últimamente con Saúl, un rey de su propia elección, pero que no pudo salvarlos de aquellos orgullosos filisteos”. (Trapp)
ii. “El rey no busca una solución militar a sus problemas, como alianzas con otros reyes, porque sabe que ‘su ayuda no vale nada’”. (VanGemeren)
c. En Dios haremos proezas, Y él hollará a nuestros enemigos: David entendía que no era el deseo de Dios que Israel dejara la lucha y pasivamente viera lo que Dios haría. En cambio, pelearían, pero pelearían a través de Dios. Su lucha a través de Dios sería valiente y osada, y en ella verían a Dios pisotear a nuestros enemigos. El salmo que comenzó con la derrota terminaría con la victoria.
i. Haremos proezas: “La obra divina no es un argumento para la inacción humana, sino más bien es la mejor emoción para un esfuerzo valiente”. (Spurgeon)
ii. “Por nuestra parte, habrá hechos valientes; por parte de Dios, no solo estará Su mano sobre la nuestra, sino Su pie sobre el enemigo”. (Kidner)
©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com