Salmo 91 – La seguridad dada a los que confían en Dios
Este salmo no tiene título, por lo que se desconoce el autor. Debido a que comparte algunos de los temas del Salmo 90, algunos piensan que Moisés fue el autor. Debido a que comparte algunos de los temas y frases de los Salmos 27 y 31, algunos piensan que el autor fue David. “Parte de su lenguaje, de fortalezas y escudos, nos recuerda a David, a quien la LXX [Septuaginta] lo atribuye; otras frases hacen eco del Cántico de Moisés en Deuteronomio 32, al igual que en el Salmo 90; pero de hecho es anónimo y atemporal, quizás es tanto más accesible por eso”. (Derek Kidner)
Muchos han notado el carácter maravilloso de este salmo: “Este salmo es una de las mayores posesiones de los santos”. (G. Campbell Morgan)
“En toda la colección no hay un salmo más alentador, su tono es elevado y sostenido en todo momento, la fe está en su mejor momento y habla noblemente”. (Charles Spurgeon)
“Es una de las obras más excelentes de este tipo que jamás haya aparecido. Es imposible imaginar algo más sólido, más hermoso, más profundo o más ornamentado”. (de Muis, citado en Spurgeon)
A. La seguridad de la protección de Dios.
1. (1-2) La protección, el consuelo y el cuidado de Yahveh.
El que habita al abrigo del Altísimo
Morará bajo la sombra del Omnipotente.
Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.
a. El que habita al abrigo del Altísimo: Dios tiene abrigo para los suyos (Salmo 27:5, 31:20), y es un lugar para habitar. Él que habita allí morará bajo la sombra del Omnipotente, conociendo Su protección, consuelo y cuidado.
i. En el Salmo 90:1, Moisés habló de Dios como la morada de Su pueblo. Las primeras líneas del Salmo 91 parecen llevar esa idea más lejos. “Moisés habló de Dios como la morada, la habitación, el hogar del hombre. Este cantor parece aceptar esa gran idea, y luego hablar de la recámara más central de la morada, refiriéndose a ella como el Abrigo y describiendo su total seguridad”. (Morgan)
ii. Hay muchos seguidores de Jesucristo que parecen saber muy poco del abrigo del Altísimo o de lo que es morar bajo Su sombra. Muchos parecen considerar esto como algo solo para los místicos o los súper espirituales. Sin embargo, David, si escribió esto, era un guerrero y un hombre muy familiarizado con las realidades de la vida. Es cierto que la vida del espíritu parece llegar más fácilmente a unos que a otros, pero hay un aspecto del abrigo del Altísimo que es para todo aquel que confía en él.
iii. “Todo hijo de Dios mira hacia el santuario interior y el propiciatorio, pero no todos moran en el lugar santísimo; a veces corren hacia él y disfrutan de acercamientos ocasionales, pero no residen habitualmente en la presencia misteriosa”. (Spurgeon)
iv. La sombra del Omnipotente: “Esta es una expresión que implica una gran cercanía. Debemos caminar muy cerca de un compañero, si queremos que su sombra caiga sobre nosotros”. (Duncan, citado en Spurgeon)
v. Spurgeon (tomado de Frances Ridley Havergal) sugirió cuatro formas en que la Escritura habla de la sombra del Omnipotente.
·La sombra de la roca (Isaías 32:2).
·La sombra del árbol (Cantar de los Cantares 2:3).
·La sombra de Sus alas (Salmo 63:7).
·La sombra de Su mano (Isaías 49:2).
vi. Estos dos primeros versículos del Salmo 91 usan cuatro títulos o nombres maravillosos para Dios:
·Altísimo: Elyon.
·Omnipotente: Shaddai.
·Jehová: Yahveh.
·Mi Dios: Elohay.
b. Esperanza mía, y castillo mío: El que vive íntimamente con Dios conoce la grandeza de Su protección. Dios mismo se convierte en una poderosa esperanza y castillo para el creyente.
i. Esperanza mía: “¿Alguna vez has dicho definitivamente: ‘Oh Señor, tú eres mi esperanza’? Huyendo de todos los demás, ¿te has refugiado en Él de la tormenta de viento y de la tempestad, de la angustia del día y de la pestilencia de la noche, del hombre y del diablo? Debes reconocerlo. No sólo lo pienses, dilo”. (Meyer)
c. Mi Dios, en quien confiaré: Esta estrecha relación con Dios y todos los beneficios que se derivan de ella son para aquellos que conocen a Yahveh como Dios, y que verdaderamente confían en Él. A medida que un creyente recibe Su protección, consuelo y cuidado, confía más en Dios y lo conoce cada vez más como Dios.
i. “Los hombres son lo suficientemente aptos para proclamar sus dudas, y hasta para jactarse de ellas, de hecho hay hoy en día un partido de los más audaces pretendientes a la cultura y al pensamiento, que se enorgullecen de arrojar sospechas sobre todo; por lo tanto, se convierte en el deber de todos los verdaderos creyentes hablar y testificar con sereno valor de su propia confianza bien fundada en su Dios”. (Spurgeon)
ii. Spurgeon sugirió muchos ejemplos bíblicos diferentes de personas que tenían su propia expresión de la frase Mi Dios.
·Mi Dios es la confesión de la joven convertida (Rut, como en Rut 1:16).
·Mi Dios es la creencia individual del cristiano (Tomás, como en Juan 20:28).
·Mi Dios es la declaración del creyente cuando recibe oposición (Micaías, como en 1 Reyes 22:14).
·Mi Dios es el voto secreto del creyente en la consagración (Jacob, como en Génesis 32:28-30).
·Mi Dios es el consuelo más profundo para los hijos de Dios en gran aflicción (Jesús, como en Mateo 27:46).
·Mi Dios es la celebración del creyente victorioso (María, como en Éxodo 15:21).
2. (3-4) Cómo Dios brinda Su protección, consuelo y cuidado.
Él te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
a. Él te librará del lazo del cazador: Siguiendo la declaración general de los dos primeros versículos, ahora el salmista describe las formas específicas en que Dios protege y cuida a su pueblo – comenzando por rescatarnos del lazo del cazador.
i. Estas son “… metáforas de los complots que pueden enredar nuestros asuntos (Salmo 140:1-5) o comprometer nuestra lealtad (Salmo 119:110)”. (Kidner)
ii. “Somos tontos y débiles como los pobres pajaritos, y somos muy propensos a ser atraídos a nuestra destrucción por enemigos astutos, pero si vivimos cerca de Dios, él se asegurará de que no nos atrape ni el más hábil engañador”. (Spurgeon)
iii. El diablo y sus agentes a menudo obran como lo hace el cazador.
·El cazador trabaja en secreto.
·El cazador cambia su trampa y métodos.
·El cazador a menudo seduce con placer o beneficio.
·El cazador a menudo utiliza un mal ejemplo, una carnada.
iv. “La característica más llamativa de esta sección (y la siguiente) es el uso del singular tú en todas partes, que es una forma de decir que estas verdades son para cada persona individualmente. Son para ti si realmente confías o permaneces en Dios”. (Boice)
b. De la peste destructora: Dios también protege a su pueblo en tiempos de peste y enfermedad. El salmista, inspirado por el Espíritu Santo, no pretendía que esto fuera una promesa absoluta de que todo creyente sería librado de todo lazo o peste. En cambio, la idea es que el salmista podía señalar muchas ocasiones en las que Dios hizo precisamente eso por su pueblo que confiaba en Él.
i. “Esto no significa que quienes confían en Dios nunca mueren de enfermedades infecciosas ni que nunca sufren por el complot de un enemigo, por supuesto. Significa que quienes confían en Dios habitualmente se libran de tales peligros. ¿Qué cristiano no puede testificar de tantas liberaciones?”. (Boice)
ii. “Lord Craven, un cristiano, era un noble que vivía en Londres cuando la plaga devastó la ciudad en el siglo XV. Para escapar de la pestilencia que se extendía, Craven decidió dejar la ciudad para ir a su casa de campo, como lo hicieron muchos de su posición social. Ordenó que prepararan su coche y su equipaje. Pero mientras caminaba por uno de los pasillos de su casa a punto de entrar en su carruaje, escuchó a uno de sus sirvientes decirle a otro: ‘Supongo por el hecho de que mi señor abandona Londres para evitar la plaga, que su Dios vive en el campo y no en la ciudad’. Fue un comentario sencillo y aparentemente inocente. Pero a Lord Craven le impactó tanto que canceló su viaje y dijo: ‘Mi Dios vive en todas partes y puede preservarme tanto en la ciudad como en el campo. Me quedaré donde estoy’. Así que se quedó en Londres. Ayudó a las víctimas de la peste y él mismo no contrajo la enfermedad”. (Boice)
iii. También hay una comprensión y una aplicación espirituales de esto. “El alma también tiene sus enemigos, listos para atacarla y sorprenderla a todas horas”. (Horne)
iv. “Los hijos de Dios no siempre son inmunes a la plaga física y la pestilencia; pero siempre están protegidos de las fuerzas espirituales destructivas mientras habitan en el abrigo del Altísimo”. (Morgan)
c. Con sus plumas te cubrirá: En una metáfora, Dios es representado como un pájaro, abrigando polluelos debajo de sus alas – como David describió previamente en el Salmo 61:4.
i. “La madre águila, extendiendo su… ala sobre sus aguiluchos, es un símbolo maravilloso de la unión del poder y la dulzura”. (Maclaren)
ii. “Dice Lutero; es la fe la que te convierte en el pollito y a Cristo en la gallina; para que te escondas, y esperes, y revolotees y te cubras bajo sus alas; porque hay salud en sus alas”. (Trapp)
iii. Boice relacionó Mateo 23:37 con el versículo 4: “Jesús hubiera salvado y protegido a Jerusalén y a sus habitantes, pero la gente no estuvo dispuesta. No acudieron a él. No ‘habitaron’ al abrigo del Altísimo. En cambio, clamaron por su crucifixión”. (Boice)
d. Escudo y adarga es su verdad: Las imágenes de la protección de Dios continúan con Su verdad representada como el escudo más pequeño, a menudo redondo, y el escudo más grande, a menudo rectangular, la adarga.
i. “En cuanto al cuidado de Dios, combina la cálida protección de un ave parental con la dura e inquebrantable fuerza de la armadura”. (Kidner)
ii. Escudo y adarga: “Doble armadura tiene el que confía en el Señor. Lleva un escudo y viste una cota de malla que lo rodea”. (Spurgeon)
iii. Boice sobre adarga: “La palabra hebrea significa algo que se envuelve alrededor de una persona para su protección; por lo tanto, puede significar ‘escudo’, ‘armadura’ o, como en la NVI, una ‘muralla’ o fortaleza.
3. (5-6) El resultado de la protección y el cuidado de Dios.
No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.
a. No temerás: Tener a Dios como refugio y escudo da fuerza y valor al pueblo de Dios. Cuando el pueblo de Dios está sumido en un profundo temor, es una indicación de que no tiene la confianza adecuada en Dios como protector y consolador.
i. “No tener miedo es en sí mismo una bendición indescriptible, ya que por cada sufrimiento que sufrimos por una herida real, somos atormentados por mil dolores que surgen solo del miedo”. (Spurgeon)
ii. “En la vida, el Señor puede permitir que les sucedan muchas cosas terribles a sus hijos (cf. Job), como le sucedió a su propio Hijo, nuestro Señor. Pero sus hijos saben que ningún poder está fuera del control de Dios”. (VanGemeren)
b. El terror nocturno, Ni saeta que vuele de día: El salmista representa todo tipo de destrucción que podría venir en todo tipo de circunstancias. Puede llegar de noche o de día; en la oscuridad o al mediodía. Podría llegar como un terror o como una saeta, como pestilencia o como mortandad. De la manera o forma que llegue, Dios es capaz de defender a Su pueblo.
i. “Los asaltos de los enemigos y las devastaciones de la pestilencia se toman en el Salmo 91:5-6 como tipos de todos los peligros”. (Maclaren)
4. (7-8) Seguridad para el creyente.
Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará.
Ciertamente con tus ojos mirarás
Y verás la recompensa de los impíos.
a. Caerán a tu lado mil: El salmista describe cómo la protección de Dios puede vencer cualquier probabilidad. La protección y el cuidado de Dios podrían estar tan específicamente enfocados que pueden preservar a uno de cada diez mil.
i. “Es imposible que le ocurra algún mal al amado del Señor; las calamidades más aplastantes sólo pueden acortar su viaje y apresurarlo hacia su recompensa. El mal para él no es mal, sino que solo es bien en una forma misteriosa. Las pérdidas lo enriquecen, la enfermedad es su medicina, el reproche es su honor, la muerte es su ganancia. No le puede suceder ningún mal en el sentido estricto de la palabra, porque todo es invalidado para siempre”. (Spurgeon)
b. Verás la recompensa de los impíos: En contraste con la protección de Sus escogidos, Dios también ha designado una recompensa para los impíos. Se anima al pueblo de Dios a ver esta verdad y considerarla cuidadosamente.
B. Se repite la seguridad por segunda vez.
1. (9-13) Repetición de la promesa de liberación y seguridad de la victoria.
Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al Altísimo por tu habitación,
No te sobrevendrá mal,
Ni plaga tocará tu morada.
Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,
Que te guarden en todos tus caminos.
En las manos te llevarán,
Para que tu pie no tropiece en piedra.
Sobre el león y el áspid pisarás;
Hollarás al cachorro del león y al dragón.
a. Porque has puesto a Jehová… por tu habitación: Los principios y promesas en los versículos 10 al 16 están dirigidos a aquellos que confían en Jehová, haciéndolo su habitación – su fuente de vida y satisfacción.
b. No te sobrevendrá mal: Se repiten las promesas anteriores (versículos 5-8) de seguridad y protección incluso en tiempos de plaga. Una vez más, esto no se considera una promesa absoluta para todos los creyentes en todas las circunstancias, porque el amado pueblo de Dios ha caído en mal o ha muerto en plaga. Es la feliz expectativa del salmista y una expresión general de la protección, el consuelo y el cuidado de Dios por su pueblo.
i. “Martín Lutero escribió que esto se refiere a ‘alguien que realmente habita y que no solo parece habitar y no solo se imagina que habita’ en Dios”. (Boice)
ii. “Esta y otras promesas similares no deben entenderse absoluta y universalmente, como si ningún hombre verdaderamente bueno pudiera ser cortado por la plaga u otras calamidades comunes, lo cual es confirmado tanto por otros textos sencillos de las Escrituras como por una experiencia incuestionable”. (Poole)
iii. “Porque puede ocurrirle a un santo compartir una calamidad común; como el maíz bueno y la mala hierba se cortan juntos, pero con un fin y un propósito diferentes”. (Trapp)
iv. “Dios no dice que no nos sobrevendrán aflicciones, sino que ningún mal”. (Watson, citado en Spurgeon)
c. Ni plaga tocará tu morada: Charles Spurgeon dio testimonio notable de un cumplimiento específico de esta promesa:
i. “En el año 1854, cuando apenas llevaba doce meses en Londres, el barrio en el que trabajaba fue visitado por el cólera asiático, y mi congregación sufrió sus incursiones. Familia tras familia me llamaron a la cabecera de los heridos, y casi todos los días me llamaban para visitar la tumba. Me entregué con ardor juvenil a la visita de los enfermos y fui llamado desde todos los rincones del distrito por personas de todos los rangos y religiones. Estaba cansado de cuerpo y enfermo de corazón. Mis amigos parecían caer uno a uno, y yo sentía o me imaginaba que me enfermaba como los que me rodeaban. Un poco más de trabajo y llanto me habrían hundido entre los demás; Sentía que mi carga era más pesada de lo que podía soportar y estaba lista para hundirme. Según los planes de Dios, regresaba a casa con tristeza después de un funeral, cuando mi curiosidad me llevó a leer un periódico que estaba colocado en la ventana de un zapatero en Dover Road. No se veía como un anuncio comercial, ni lo era, porque llevaba con una buena caligrafía estas palabras: ‘Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada’. El efecto en mi corazón fue inmediato. Mi fe se apropió del pasaje como propio. Me sentí seguro, renovado, ceñido con inmortalidad. Continué con mi visita a los moribundos con un espíritu tranquilo y pacífico; No sentí miedo al mal y no sufrí ningún daño. Reconozco con gratitud la providencia que impulsó al comerciante a colocar esos versículos en su ventana, y en el recuerdo de su maravilloso poder, adoro al Señor mi Dios”. (Spurgeon)
d. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti: Esto describe otra forma en que Dios puede enviar Su protección y cuidado a Su pueblo – por medio de Sus ángeles, ordenándoles que cuiden y lleven a Su pueblo.
i. “Los ángeles de Dios tendrán el encargo especial de acompañarte, defenderte y salvarte; y contra su poder, la influencia de los espíritus malignos no puede prevalecer. Estos, cuando sea necesario, desviarán tus pasos del camino del peligro; detendrán los peligros cuando se quieran interponer en tu camino”. (Clarke)
ii. “Mandará; mandar es una orden estricta, más que una simple orden; como cuando quieres que un sirviente resuelva un asunto con certeza y plenitud y le imputas un mandato, te aseguro que no menosprecias ese asunto. No le dices vagamente lo que tiene que hacer, sino que le prescribes su trabajo y le mandas que lo haga. Así les dice el Señor a los ángeles”. (Bridge, citado en Spurgeon)
iii. “No un ángel de la guarda, como algunos sueñan con cariño, pues todos los ángeles están aquí aludidos… Ellos han recibido la comisión de su Señor y el nuestro, de velar cuidadosamente por todos los intereses de los fieles”. (Spurgeon)
iv. “Cómo nos protegen los ángeles, no podemos decir. Si repelen demonios, contrarrestan complots espirituales o incluso rechazan las fuerzas físicas más sutiles de la enfermedad, no lo sabemos. Quizás algún día nos quedemos asombrados por los múltiples servicios que las bandas invisibles nos han prestado”. (Spurgeon)
v. “Recordemos que es a DIOS, a quien estos ángeles pertenecen; ÉL les da un cargo – de ÉL reciben su comisión – ante ÉL son responsables de su encargo. De Dios debes esperarlos; y por su ayuda, solo él recibirá la alabanza. Se dice expresamente: Él mandará a sus ángeles; para mostrar que no se les debe orar ni alabar a ellos; sino solo DIOS, de quien son siervos”. (Clarke)
e. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti: La promesa en los versículos 11-12 fue citada y torcida por Satanás en su tentación de Jesús en el desierto (Mateo 4:5-7, Lucas 4:9-12). Satanás tentó a Jesús para crear una crisis artificial arrojándose desde un punto alto en el monte del templo, y Satanás citó el Salmo 91:11-12 como una promesa de protección si Jesús hiciera esto.
i. Como registra Mateo 4, la cita de Satanás de los versículos 11-12 del salmo es un patrón de cómo tergiversa la palabra de Dios.
·Los versículos 11-12 fueron citados falsamente, porque el diablo omitió las palabras que te guarden en todos tus caminos. Probar a Dios de esta manera no era el camino de Jesús; no era el camino del Salvador. “Dios nunca había prometido, ni dado, protección alguna de sus ángeles, en caminos pecaminosos y prohibidos”. (Poole sobre Mateo 4)
·Este texto se aplica incorrectamente, porque no se usó para enseñar o animar, sino que pretendía engañar: “… haciendo de esta palabra una promesa que se cumpliría si Cristo descuidaba su deber; extendiendo la promesa de una providencia especial en cuanto a los peligros a los que los hombres se arrojan voluntariamente”. (Poole sobre Mateo 4)
ii. De una manera extraña, estamos agradecidos por el intento de Satanás en Mateo 4, porque nos ayuda a comprender mejor el Salmo 91. Vemos que el salmo no da promesas absolutas para cada creyente en toda circunstancia, sino hermosas promesas de la protección, el consuelo y el cuidado de Dios, que son recibidas y aplicados específicamente en el creyente por el Espíritu Santo.
iii. Los ángeles estaban allí para ayudar a Jesús en su tentación, pero no de la forma que sugirió el diablo”. (Mateo 4:11).
f. Hollarás al cachorro del león y al dragón: La protección de Dios a su pueblo se extiende más allá de la liberación general del daño; también habla de una concesión general de la victoria a su pueblo, incluso sobre oponentes tan fuertes como el cachorro del león y el dragón.
i. “Estas palabras “… representan a los siervos de Dios no sólo como sobrevivientes, sino como vencedores, que pisotean enemigos mortales”. (Kidner)
ii. Hay otra conexión interesante con la tentación de Jesús en el desierto. “La confianza del Señor en su Padre también resultó en la derrota de Satanás, otra parte del salmo que el diablo omitió”. (Boice)
2. (14-16) La promesa de Dios y la bendición sobre el que lo ama.
Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;
Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
Me invocará, y yo le responderé;
Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré.
Lo saciaré de larga vida,
Y le mostraré mi salvación.
a. Por cuanto en mí ha puesto su amor: Estos últimos tres versículos están escritos en primera persona mientras Dios habla promesa y bendición sobre Su pueblo. Habla específicamente sobre aquellos que han puesto su amor en Él. Se ha señalado maravillosamente que las últimas palabras de este salmo no son dichas por el pueblo de Dios, sino para el pueblo de Dios.
i. Por cuanto en mí ha puesto su amor: Esto “… se usa en otros lugares en contextos de poner el corazón en alguien o en alguna iniciativa. Como compromiso del hombre con Dios, solo se usa aquí”. (Kidner)
ii. Poner el amor en Dios significa hacerlo por elección. Uno no espera que llegue el sentimiento de amor, sino que simplemente elige pensar y actuar hacia Dios de manera que exprese y edifique el amor. Esto incluiría:
·Pasar tiempo con Dios.
·Escuchar a Dios.
·Leer lo que Dios nos ha escrito.
·Hablar con Dios.
·Pensar en Dios en tiempos libres.
·Adorar a Dios.
·Hablar de Dios a otros.
·Dar a Dios y hacer sacrificios alegremente para Él y por Él.
iii. Nuestra cultura actual a menudo piensa en el amor como algo que le sucede a la gente, no como algo que uno elige. La frase por cuanto en mí ha puesto su amor nos recuerda que un aspecto significativo del amor es de hecho la elección, y esto describe en parte el amor que debemos darle a Dios.
b. Yo también lo libraré: Las promesas y principios declarados anteriormente en este salmo se repiten nuevamente, pero esta vez desde la perspectiva de Dios mismo. Dios protegerá a Su amado y lo pondrá en alto – y lo hará por cuanto ha conocido mi nombre y tiene una relación real con Dios.
i. Le pondré en alto: “Lo pondré fuera del alcance de todos sus enemigos. Lo honraré y lo ennobleceré, por cuanto ha conocido mi nombre – porque me ha amado, honrado y servido, y me ha rendido el culto que me corresponde. Él me ha conocido como el Dios de infinita misericordia y amor”.
ii. “Hay bendiciones que algunos creyentes se pierden, simplemente porque siempre están preocupados y no confían en Dios como deberían. Aquí el salmista cita a Dios diciendo que las bendiciones son para aquellos que aman a Dios y reconocen su nombre (versículo 14), lo invocan (versículo 15) y buscan satisfacción en lo que solo él puede proporcionar”. (Boice)
c. Me invocará, y yo le responderé: Dios promete responder la oración del que le ama y del que verdaderamente le conoce.
d. Con él estaré: En las últimas líneas del salmo, Dios habla bendiciones personales y maravillosas sobre el que lo ama y lo conoce:
·La bendición de Su presencia: Con él estaré yo en la angustia.
·La bendición de Su protección: Lo libraré.
·La bendición de Su promoción: Le glorificaré.
·La bendición de Su prosperidad: Lo saciaré de larga vida.
·La bendición de Su preservación: Y le mostraré mi salvación.
i. Con él estaré: “Entonces, ningún hombre necesita agregar soledad a la tristeza, pues puede tener a Dios sentado con él, como los amigos de Job, esperando consolarlo con verdadero consuelo”. (Maclaren)
ii. Con él estaré yo en la angustia: “Nuevamente Dios habla y actúa como una madre tierna hacia un niño enfermo. Cuando el niño está en perfecto estado de salud puede dejarlo en manos de la niñera; pero cuando está enfermo, ella misma lo atenderá; ella le dirá a la niñera: ‘Puedes atender un tiempo a algún otro asunto, yo misma cuidaré al niño’”. (Dawson, citado en Spurgeon)
©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com