Isaías 22 – Juicio sobre Jerusalén
A. Isaías denuncia a la ciudad de Jerusalén.
1. (1-4) Isaías se lamenta por una ciudad gozosa.
Profecía sobre el valle de la visión. ¿Qué tienes ahora, que con todos los tuyos has subido sobre los terrados? Tú, llena de alborotos, ciudad turbulenta, ciudad alegre; tus muertos no son muertos a espada, ni muertos en guerra. Todos tus príncipes juntos huyeron del arco, fueron atados; todos los que en ti se hallaron, fueron atados juntamente, aunque habían huido lejos. Por esto dije: Dejadme, lloraré amargamente; no os afanéis por consolarme de la destrucción de la hija de mi pueblo.
a. Carga sobre el valle de la visión: Esta es Jerusalén, una ciudad sobre una colina, pero rodeada por una colina aún más alta y en medio de tres valles. Dado que Jerusalén era un centro para la adoración a Dios y donde se encontraban algunos de los profetas de Dios (incluido Isaías), es llamada el valle de la visión.
i. “Es extraño encontrar una profecía contra Judá y Jerusalén en una sección que trata de las naciones. Pero como Judá había elegido comportarse como sus vecinos y abandonar al Señor, merecía ser juzgada”. (Wolf)
b. ¿Qué tienes ahora, que con todos los tuyos has subido sobre los terrados?: La idea es que la gente ha salido de sus casas y ha subido a los terrados para ver la calamidad que se avecina.
i. “Como solían hacer en tiempos de gran confusión y consternación, para poder llorar, mirar y clamar al cielo pidiendo ayuda”. (Poole)
c. ¿Ciudad turbulenta, ciudad alegre? En su profecía, Isaías vio la conmoción alrededor de Jerusalén y preguntó: “¿Es esto el resultado de un tumulto maligno, o es una expresión de alegría?”.
d. Tus muertos no son muertos a espada: Cuando Jerusalén fue conquistada por los babilonios, muchos de los hombres de Judá no murieron valientemente en batalla. Murieron muertos de hambre en el sitio de la ciudad o mientras huían en cobarde retirada.
i. “Ya sea de hambre o de pestilencia en el sitio, como murieron muchos, Jeremías 14:18; 38:2, o en su huida, como otros; ambos fueron tipos de muerte sin gloria”. (Poole)
e. Lloraré amargamente; no os afanéis por consolarme: Generalmente pensamos en Jeremías como “El profeta llorón”. Pero Isaías también dijo: “lloraré amargamente” cuando vio venir el juicio de Dios contra el pueblo de Dios.
2. (5-7) Isaías ve un ejército que se avecina y el Señor no trae liberación.
Porque día es de alboroto, de angustia y de confusión, de parte del Señor, Jehová de los ejércitos, en el valle de la visión, para derribar el muro, y clamar al monte. Y Elam tomó aljaba, con carros y con jinetes, y Kir sacó el escudo. Tus hermosos valles fueron llenos de carros, y los de a caballo acamparon a la puerta.
a. Porque es un día de alboroto: Isaías vio un ejército lleno de flechas y carros que venían contra Jerusalén. Profetizó el ataque y el derrocamiento de Jerusalén a manos de los babilonios.
b. Elam tomó aljaba: “Debido a que Elam, el vecino de Babilonia al este, había apoyado firmemente a los babilonios y los caldeos en la lucha contra Asiria, los elamitas probablemente fueron aliados de los babilonios”. (Wolf)
c. Tus hermosos valles fueron llenos de carros, y los de a caballo acamparon a la puerta: Ejércitos atacantes rodearán una vez más Jerusalén y en ese día el Señor no los librará.
3. (8-14) Jerusalén hace todos los preparativos incorrectos para una batalla venidera.
Y desnudó la cubierta de Judá; y miraste en aquel día hacia la casa de armas del bosque. Visteis las brechas de la ciudad de David, que se multiplicaron; y recogisteis las aguas del estanque de abajo. Y contasteis las casas de Jerusalén, y derribasteis casas para fortificar el muro. Hicisteis foso entre los dos muros para las aguas del estanque viejo; y no tuvisteis respeto al que lo hizo, ni mirasteis de lejos al que lo labró. Por tanto, el Señor, Jehová de los ejércitos, llamó en este día a llanto y a endechas, a raparse el cabello y a vestir cilicio; y he aquí gozo y alegría, matando vacas y degollando ovejas, comiendo carne y bebiendo vino, diciendo: Comamos y bebamos, porque mañana moriremos. Esto fue revelado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos: Que este pecado no os será perdonado hasta que muráis, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.
a. Recogisteis las aguas del estanque de abajo… para fortificar el muro: Cuando Jerusalén se enfrentó a este ataque posterior, prepararon la ciudad para la batalla y el asedio, fortaleciendo el muro de la ciudad y asegurándose de que hubiera suficiente agua para un sitio.
b. Desnudó la cubierta de Judá: Todo su cuidado en defender la ciudad no importaría, porque Dios había quitado la cubierta de Judá. En lugar de sus proyectos de construcción, lo mejor que podía hacer Jerusalén para protegerse era volver su corazón hacia el Señor, pero no tuvisteis respeto al que lo hizo, ni mirasteis de lejos al que lo labró.
c. El Señor, Jehová de los ejércitos, llamó en este día a llanto y a endechas: En lugar de preparar a Jerusalén para un ataque, deberían haber vuelto sus corazones en humilde arrepentimiento al Señor. En lugar de buscar humildemente al Señor, el pueblo de Jerusalén tuvo confianza en su propia preparación (gozo y alegría) y una mirada fatalista hacia el futuro (“comamos y bebamos porque mañana moriremos”).
d. Este pecado no os será perdonado: ¿Qué pecado es este que no puede ser perdonado, que no tiene expiación? Es el pecado de ignorar a Dios, de negarse a humillarse ante el Señor y arrepentirse. Jerusalén estaba haciendo todo menos lo esencial que tenían que hacer para prepararse para el ataque. Y debido a que rechazaron al Señor, este pecado no les será perdonado.
i. “Nuestros corazones están llenos de prostitución, listos para cambiar y perderse en cada esquina a cambio de confort; para colgar su confianza en cualquier seto, en lugar de volverse al Señor, ‘la esperanza de Israel’”. (Trapp)
B. Isaías denuncia a Sebna, el tesorero del rey.
1. (15-19) Sebna tenía un alto y honorable oficio, aun así él lo usaba para glorificarse a sí mismo.
Jehová de los ejércitos dice así: Ve, entra a este tesorero, a Sebna el mayordomo, y dile: ¿Qué tienes tú aquí, o a quién tienes aquí, que labraste aquí sepulcro para ti, como el que en lugar alto labra su sepultura, o el que esculpe para sí morada en una peña? He aquí que Jehová te transportará en duro cautiverio, y de cierto te cubrirá el rostro. Te echará a rodar con ímpetu, como a bola por tierra extensa; allá morirás, y allá estarán los carros de tu gloria, oh vergüenza de la casa de tu señor. Y te arrojaré de tu lugar, y de tu puesto te empujaré.
a. Sebna, el mayordomo: Sebna era un siervo del rey Ezequías, tanto un mayordomo… como un escriba (1 Reyes 18:18, Isaías 37:2). Ambos eran puestos de honor y responsabilidad. Sebna fue uno de los asistentes principales del rey Ezequías.
i. “El rey de Judá en ese tiempo era Ezequías – un buen rey – por lo que el juicio condenatorio cayó sobre la siguiente persona en la fila. Sebna y la población en general no compartían los principios piadosos del rey Ezequías”. (Wolf)
b. ¿Qué tienes tú aquí, o a quién tienes aquí?: El Señor le habló a Sebna, ese hombre orgulloso, y básicamente dijo: “¿Quién te crees que eres? ¿Qué crees que tienes? Realmente no eres nada y no tienes nada”.
c. Que labraste aquí un sepulcro para ti: Esto muestra lo que hizo Sebna con su posición de honor y autoridad. Se hizo una tumba elegante y prestigiosa. En esa época, esto era una demostración de poder y riqueza significativos. En esto, Sebna representó a toda Jerusalén con su obsesivo interés propio.
i. Isaías había profetizado que los pueblos de Judá y Jerusalén serían llevados al exilio, pero Sebna no lo creía. Él construyó esta tumba elaborada para sí mismo en Jerusalén, como si dijera: “Nunca seré llevado al exilio. Estoy tan seguro de que moriré aquí que construiré aquí mi tumba”.
d. Jehová te transportará en duro cautiverio, y de cierto te cubrirá el rostro. Te echará a rodar con ímpetu, como a bola por tierra extensa; allá morirás… y te arrojaré de tu lugar: Sebna buscó honor y gloria, pero nunca los encontró. En cambio, el Señor se aseguraría de que nunca lo enterraran en su prestigiosa y costosa tumba, sino que moriría en el exilio.
i. Sebna es el mismo tipo de hombre del que habló Jesús en Lucas 12:16-21, en la parábola del rico insensato. Ese hombre pasó su tiempo planeando y su dinero construyendo grandes cosas, pero al final, murió sin Dios y todo fue en vano. Ahora, todos los logros de Sebna – la hermosa tumba y los carros de su gloria – significaban peor que nada; más bien, eran una vergüenza para él.
2. (20-24) El Señor eleva a Eliaquim en lugar de Sebna.
En aquel día llamaré a mi siervo Eliaquim hijo de Hilcías, y lo vestiré de tus vestiduras, y lo ceñiré de tu talabarte, y entregaré en sus manos tu potestad; y será padre al morador de Jerusalén, y a la casa de Judá. Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá. Y lo hincaré como clavo en lugar firme; y será por asiento de honra a la casa de su padre. Colgarán de él toda la honra de la casa de su padre, los hijos y los nietos, todos los vasos menores, desde las tazas hasta toda clase de jarros.
a. Eliaquim hijo de Hilcías: Este hombre se menciona en pasajes como 2 Reyes 18:18 e Isaías 36:3 como otro asistente del rey Ezequías. Debe distinguirse de Eliaquim, hijo de Josías, quien fue un rey títere establecido por Faraón (2 Reyes 23:34).
b. Mi siervo: ¡Qué título tan glorioso para Eliaquim! Tanto Sebna como Eliaquim eran siervos de Ezequías, pero el corazón de Sebna estaba dirigido a la ambición egoísta y a supropia gloria, y el corazón de Eliaquim estaba dirigido al Señor.
c. Eliaquim hijo de Hilcías: La posición de Eliaquim ante Ezequías es algo vaga en las Escrituras; sólo se le menciona en seis pasajes, y la única descripción de él es que era mayordomo (2 Reyes 18:18, 37 e Isaías 36:3, 22). ¡Pero Eliaquim fue famoso en el cielo! Será padre al morador de Jerusalén, y a la casa de Judá.
d. Lo vestiré de tus vestiduras, y lo ceñiré de tu talabarte, y entregaré en sus manos tu potestad: El Señor tomaría el oficio y la autoridad del infiel Sebna y se los daría a Eliaquim. ¡Dios cumplirá Su obra! Si un Sebna es infiel, el Señor lo destituirá de su cargo, lo despojará de su autoridad y se la dará a otro.
e. Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro: Como Eliaquim es siervo del Señor, el Señor le dará gran autoridad. En ese día, el mayordomo real en jefe haría que la gran llave maestra del palacio se sujetara al hombro de su túnica. La llave era una imagen y demostración de la autoridad del mayordomo principal. Aquí, el Señor le da a Eliaquim la autoridad para abrir y cerrar como representante del Señor, a lo que ningún hombre puede oponerse.
i. En esto, Eliaquim se convierte en profecía del Mesías, porque Jesús nos dijo que este pasaje hablaba de Él mismo: Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre (Apocalipsis 3:7). Jesús es el que tiene las llaves del hades y de la muerte (Apocalipsis 1:8), quien tiene toda la autoridad tanto en el cielo como en la tierra. Jesús delega esta autoridad como le place (Mateo 16:19).
f. Abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá: Eliaquim tendría esta clase de autoridad del Señor. Dado que es una imagen de Jesús, sabemos que Jesús tiene la autoridad para abrir y cerrar puertas en nuestras vidas como le plazca. Necesitamos aceptar tanto las puertas abiertas como las cerradas.
i. “Por un largo pasillo de puertas cerradas, a veces puede que tengamos que pasar. Parece desgarrador ver puertas etiquetadas como:amistad, amor y hogar cerradas contra nosotros; pero más allá de ellas está la única puerta sin cerrar por la cual entraremos a nuestra verdadera vida. Oh, no te desanimes ni esperes en inútil llanto por las puertas cerradas del pasado. Síganlo a Él, que tiene las llaves”. (Meyer)
g. Lo hincaré como clavo en lugar firme: Debido a que el Señor estableció la autoridad de Eliaquim, esta estaba segura. Sebna buscaba la gloria para sí mismo, pero encontraría vergüenza. Pero Eliaquim era el siervo del Señor y sería por asiento de honra a la casa de su padre.
i. En aquellos días, las casas no tenían realmente alacenas o armarios de almacenamiento como los conocemos hoy. Las cosas se almacenaban en clavos colocados alrededor de la habitación. Si algo estaba en su clavo, estaba seguro y protegido, almacenado correctamente y listo para usarse en el momento adecuado.
h. Colgarán de él toda la honra de la casa de su padre, los hijos y los nietos, todos los vasos menores: El piadoso Eliaquim era un clavo seguro y podía sostener espiritualmente a la casa de su padre y a la de sus hijos y nietos. Dado que Eliaquim es una imagen de Jesús, también vemos en esto la dependencia total del creyente en Jesús.
i. Clarke sobre colgarán de él toda la honra de la casa de su padre: Esto “se ha entendido como la dependencia de todas las almas, de todas las capacidades, desde el más bajo en intelecto hasta el más exaltado, en el Señor Jesús, como el único Salvador de todos los espíritus humanos perdidos.
ii. Hay muchos vasos diferentes en la casa del Señor, con diferentes tamaños y propósitos. ¡Pero todos deben colgar del mismo clavo! Todos quedarán igualmente destrozados si se caen del clavo. La seguridad no está en el tamaño o la calidad del vaso, sino en su sujeción al clavo.
3. (25) Sebna será quitado.
En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, el clavo hincado en lugar firme será quitado; será quebrado y caerá, y la carga que sobre él se puso se echará a perder; porque Jehová habló
a. El clavo hincado en lugar firme: Si Eliaquim aún no ha sido ascendido al lugar de honor y responsabilidad ilustrado por el clavo (Y lo hincaré como clavo en lugar firme, Isaías 22:23), entonces Sebna es el clavo hincado en el lugar firme en este momento. Por lo tanto, antes de que Eliaquim pueda ser colocado en el lugar que le corresponde, Sebna debe ser quitado, será quebrado y caerá.
i. El Señor le dio a Sebna un lugar de honor y autoridad, pero no lo mantuvo como un siervo fiel del Señor. Entonces, el Señor le quitó el lugar de honor y autoridad a Sebna. También así, la gran autoridad que Jesús les dio a sus discípulos no fue ilimitada ni independiente de la dirección de Jesús. Aunque Jesús le dio la promesa de las llaves a Pedro (Mateo 16:19), Pedro no tuvo autoridad ilimitada. Más bien, Pedro fue correctamente desafiado y reprendido por otro apóstol, Pablo, cuando estuvo fuera de lugar (Gálatas 2:11-21).
b. Y la carga que sobre él se puso se echará a perder: Cuando Sebna fue quitado, todos los que “colgaban” de él también fueron quitados. Tenemos que asegurarnos de que estamos descansando sobre el “clavo” correcto.
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