Salmo 3 – Paz en medio de la tormenta
Este es el primer salmo con título: Un Salmo de David cuando huyó de su hijo Absalón. James Montgomery Boice señala que, dado que estos títulos están en el texto canónico de la biblia hebrea, “deben tomarse con absoluta seriedad en todo momento”. Los eventos se registran en 2 Samuel 15-18, pero el corazón de David en ese momento difícil se registra en este salmo.
A. El problema de David y la ayuda de Dios.
1. (1-2) Lo que hicieron los adversarios de David.
¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios!
Muchos son los que se levantan contra mí.
Muchos son los que dicen de mí:
No hay para él salvación en Dios. Selah
a. ¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios!: Al escribir este salmo, David estaba en una gran angustia. Su propio hijo lideró lo que parecía ser una rebelión exitosa contra él. Muchos de sus amigos y asociados del pasado lo abandonaron y se unieron a las filas de sus adversarios (2 Samuel 15:13).
b. No hay para él salvación en Dios: La situación de David era tan mala que muchos sentían que estaba más allá de la ayuda de Dios. Los que decían esto probablemente no sentían que Dios no podía ayudar a David; probablemente sentían que Dios no estaba dispuesto a ayudarlo. Miraron el pecado pasado de David y pensaron: “Todo esto se merece de Dios. No hay para él salvación en Dios”.
i. Simei fue un ejemplo de alguien que dijo que Dios estaba en contra de David y que estaba recibiendo lo que se merecía (2 Samuel 16:7-8). Este pensamiento era el más doloroso de todos para David – el pensar que Dios podría estar en contra de él y que no hay para él salvación en Dios.
ii. “Si todas las pruebas que vienen del cielo, todas las tentaciones que suben del infierno y todas las cruces que surgen de la tierra, pudieran mezclarse y juntarse, no harían una prueba tan terrible como la que contiene este verso. Es la más amarga de todas las aflicciones ser llevados a temer que no hay ayuda para nosotros en Dios”. (Spurgeon)
c. Selah: La idea en hebreo de esta palabra (que aparece 74 veces en el Antiguo Testamento) es una pausa. La mayoría de la gente piensa que habla de una pausa reflexiva, una pausa para meditar en las palabras que se acaban de pronunciar. También puede ser una instrucción musical, para un interludio musical de algún tipo.
2. (3-4) Lo que Dios hizo por David en medio de la tribulación.
Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí;
Mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
Con mi voz clamé a Jehová,
Y él me respondió desde su monte santo. Selah
a. Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí: Aunque muchos decían que no había ayuda para él en Dios, David sabía que Dios era su escudo. Otros– incluso muchos otros – no pudieron quebrantar la confianza de David en un Dios de amor y ayuda.
i. Bajo el ataque de un enemigo astuto y despiadado, David necesitaba un escudo. Él sabía que Dios era su escudo. Esta no era una oración para pedirle a Dios que cumpliera con esto; esta es una fuerte declaración de hecho: Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí.
b. Mi gloria, y el que levanta mi cabeza: Dios era más que la protección de David. Él también era el que que puso a David en un terreno más alto, levantando su cabeza y mostrándole gloria. No había nada glorioso o que levantara su cabeza en las circunstancias de David, pero sí lo había en su Dios.
i. Los hombres hallan gloria en toda clase de cosas – fama, prestigio o posesiones. David halló su gloria en Jehová “Oh, alma mía, ¿has hecho de Dios tu gloria? Otros se jactan de su riqueza, belleza, posición, logros: ¿encuentras en Dios lo que ellos encuentran en estos?”. (Meyer)
c. Con mi voz clamé a Jehová: “Seguramente, se escuchan oraciones en silencio. Sí, pero los buenos hombres a menudo descubren que, incluso en secreto, oran mejor en voz alta que cuando no emiten ningún sonido vocal”. (Spurgeon)
d. Y él me respondió desde su monte santo: Otros decían que Dios no quería tener nada que ver con David, pero él podía decir gloriosamente, “él me respondió”.Aunque Absalón se apoderó de Jerusalén y obligó a David a salir de la capital, David sabía que Absalón no estaba entronizado en el monte santo de Dios. Jehová mismo aún mantenía esa posición y escucharía y ayudaría a David desde su monte santo.
B. Bendiciones de y para Dios.
1. (5-6) Dios bendice a David.
Yo me acosté y dormí,
Y desperté, porque Jehová me sustentaba.
No temeré a diez millares de gente,
Que pusieren sitio contra mí.
a. Yo me acosté y dormí, Y desperté: David usó ambos como evidencia de la bendición de Dios. Dormir era una bendición, porque David estaba bajo una presión tan intensa por las circunstancias de la rebelión de Absalón que tal vez le resultaría imposible dormir, pero durmió. Despertar era otra bendición, porque muchos se preguntaban si David viviría para ver un nuevo día.
i. “Verdaderamente debe haber sido una almohada suave para poder hacerle olvidar su peligro, quien entonces tenía un ejército tan desleal a su espalda cazándolo”. (Gurnall, citado en Spurgeon)
ii. Dios nos sostiene mientras dormimos, pero nosotros lo tomamos por sentado. Pero piensa en ello: estás dormido, inconsciente, muerto para el mundo – pero aún respiras, tu corazón late, tus órganos operan. El mismo Dios que nos sostiene mientras dormimos nos sostendrá en nuestras dificultades.
b. No temeré a diez millares de gente: Con Dios sosteniéndole, David podía estar de pie en contra de cualquier enemigo. Antes de que fuera escrito, David sabía la verdad de Romanos 8:31: Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
2. (7-8) David bendice a Dios.
Levántate, Jehová;
sálvame, Dios mío;
Porque tú heriste a todos mis enemigos en la mejilla;
Los dientes de los perversos quebrantaste.
La salvación es de Jehová;
Sobre tu pueblo sea tu bendición. Selah
a. Levántate, Jehová… Porque tú heriste a todos mis enemigos: La mente de David estaba tanto en lo que confiaba en que Dios haría (sálvame, Dios mío) como en lo que Dios había hecho (heriste a todos mis enemigos… Los dientes de los perversos quebrantaste). Saber lo que Dios había hecho le daba a David confianza en lo que el Señor haría.
b. Levántate, Jehová: Esto recordaba las palabras de Números 10:35, donde Moisés usó esta frase cuando los hijos de Israel levantaron el campamento en el desierto. Era una frase militar que pedía a Dios que saliera para defender a Israel y llevarlo a la victoria.
c. Los dientes de los perversos quebrantaste: Esta vívida metáfora también se usa en el Salmo 58:6. Habla del dominio total y la derrota del enemigo. David buscaba protección en este salmo, pero más que protección – él buscaba victoria. No era suficiente que David sobreviviera a la amenaza al reino. Tenía que salir victorioso de la amenaza y lo haría con la bendición de Dios.
d. La salvación es de Jehová: David entendía que la salvación – tanto en el sentido final como en el inmediato – era propiedad de Dios. No es propiedad de ninguna nación o secta, sino de Jehová Dios. Para ser salvo, uno debe tratar con el Señor mismo.
e. Sobre tu pueblo sea tu bendición: Esto mostró el corazón de David en un momento de calamidad personal. No solo estaba preocupado por la mano de Dios sobre sí mismo, sino sobre todo el pueblo de Dios. No oraba por la preservación y la victoria en el juicio con Absalón solo por su propio bien, sino porque era lo mejor para la nación.
©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com