2 Crónicas 3 – La construcción del templo
A. Dónde y cuándo inició la construcción del templo.
1. (1) La ubicación del templo.
Comenzó Salomón a edificar la casa de Jehová en Jerusalén, en el monte Moriah, que había sido mostrado a David su padre, en el lugar que David había preparado en la era de Ornán jebuseo.
a. Comenzó Salomón a edificar la casa de Jehová en Jerusalén, en el monte Moriah: Este lugar había sido previamente identificado como la era de Ornán jebuseo. Aquí se ubica específicamente como monte Moriah. Esta era la misma colina donde Abraham ofreció a Isaac (Génesis 22:2), y el mismo conjunto de colinas donde Jesús moriría más tarde en la cruz (Génesis 22:14).
i. “Donde Isaac, como un tipo de Cristo, llevó la madera, obedeció a su padre y debió haber sido sacrificado. El Calvario, donde nuestro Salvador sufrió, era parte de este monte o estaba muy cerca de él”. (Trapp)
b. Comenzó Salomón a edificar la casa de Jehová: Fue entonces cuando comenzó la verdadera construcción. Todos los anteriores planes y preparaciones de David anticiparon el verdadero inicio de la obra. Uno puede preparar y planear interminablemente y nunca empezar a construir, pero Salomón comenzó a edificar la casa de Jehová.
2. (2) El inicio de la construcción.
Y comenzó a edificar en el mes segundo, a los dos días del mes, en el cuarto año de su reinado.
a. En el mes segundo, a los dos días del mes, en el cuarto año de su reinado: Esto probablemente fue en el año 967 a.C. Conectando esto con 1 Reyes 6:1, este punto marcado muestra cuánto tiempo vivió Israel en la Tierra Prometida sin un templo. El tabernáculo sirvió bien a la nación durante más de 400 años. El impulso para construir el templo fue más por dirección y voluntad de Dios que por necesidad absoluta.
b. En el cuarto año de su reinado: Esto no significa que Salomón demoró su obediencia por cuatro años. Probablemente comenzó a organizar el trabajo de inmediato. Existe alguna evidencia de que se necesitaron tres años para preparar la madera del Líbano para su uso en la construcción. Si Salomón comenzó la construcción del templo en el cuarto año de su reinado, probablemente comenzó a organizar la construcción en su primer año como rey.
B. Una descripción del templo.
1. (3-7) El edificio en general.
Estas son las medidas que dio Salomón a los cimientos de la casa de Dios. La primera, la longitud, de sesenta codos, y la anchura de veinte codos. El pórtico que estaba al frente del edificio era de veinte codos de largo, igual al ancho de la casa, y su altura de ciento veinte codos; y lo cubrió por dentro de oro puro. Y techó el cuerpo mayor del edificio con madera de ciprés, la cual cubrió de oro fino, e hizo realzar en ellas palmeras y cadenas. Cubrió también la casa de piedras preciosas para ornamento; y el oro era oro de Parvaim. así que cubrió la casa, sus vigas, sus umbrales, sus paredes y sus puertas con oro; y esculpió querubines en las paredes.
a. De la casa de Dios: Este capítulo describirá la edificación del templo y sus áreas asociadas. Se describen cuatro estructuras principales.
·El templo en sí (Estas son las medidas que dio Salomón a los cimientos), dividido en dos aposentos (el lugar santo y el lugar santísimo).
·El pórtico o el vestíbulo en el lado este del edificio del templo (el pórtico que estaba al frente del edificio). Tuvo treinta pies de (10 metros) ancho y quince pies (5 metros) de profundidad, y la misma altura que el edificio del templo. “La medida de su altura se debe leer veinte codos de alto (NIV, REV, NEV), en vez de una traducción literal de MT, ‘y su altura 120’”. (Selman)
·Las cámaras laterales de tres pisos (descritas en 1 Reyes 6:5) que rodeaban al edificio del templo en los lados, norte, sur y oeste.
·Un gran patio que rodeaba toda la estructura (el patio interno mencionado en 1 Reyes 6:36).
b. Cubrió también la casa de piedras preciosas para ornamento: Esta es una descripción entre muchas, que nos da una idea de cuán hermoso era el templo y cómo Salomón no escatimó en gastos para hacerlo hermoso.
i. “La referencia a ‘piedras preciosas’ puede sugerir mosaicos incrustados en el suelo”. (Payne)
c. Esculpió querubines en las paredes: Esto fue según el diseño del tabernáculo, que tenía dibujos de querubines tejidos en la cubierta interior. Por tanto, cuando uno entraba en el templo, veía querubines por todas partes – como uno vería en el cielo (Salmo 80:1, Isaías 37:16 y Ezequiel 10:3). Estos seres angelicales adoran a Dios perpetuamente en el cielo.
i. Se podría decir que no adoramos a los ángeles, pero sí adoramos con ellos.
2. (8-14) El lugar santísimo.
Hizo asimismo el lugar santísimo, cuya longitud era de veinte codos según el ancho de la casa, y su anchura de veinte codos; y lo cubrió de oro fino que ascendía a seiscientos talentos. Y el peso de los clavos era de uno hasta cincuenta siclos de oro. Cubrió también de oro los aposentos. Y dentro del lugar santísimo hizo dos querubines de madera, los cuales fueron cubiertos de oro. La longitud de las alas de los querubines era de veinte codos; porque una ala era de cinco codos, la cual llegaba hasta la pared de la casa, y la otra de cinco codos, la cual tocaba el ala del otro querubín. De la misma manera una ala del otro querubín era del cinco codos, la cual llegaba hasta la pared de la casa, y la otra era de cinco codos, que tocaba el ala del otro querubín. Estos querubines tenían las alas extendidas por veinte codos, y estaban en pie con los rostros hacia la casa. Hizo también el velo de azul, púrpura, carmesí y lino, e hizo realzar querubines en él.
a. Hizo asimismo el lugar santísimo: Se prestó especial atención al lugar santísimo. Era un cubo de 30 pies (10 metros), completamente recubierto de oro. También tenía dos grandes esculturas de querubines (de 15 pies o 5 metros de altura), que estaban recubiertas de oro.
b. Lo cubrió de oro fino que ascendía a seiscientos talentos: Había oro en todas partes en el templo, pero especialmente en el lugar santísimo. Los muros estaban cubiertos de oro (1 Reyes 6:20-22), el piso estaba cubierto de oro (1 Reyes 6:30) y se martilló oro en las tallas de las puertas (1 Reyes 6:32).
i. Había oro por todas partes dentro del templo. “Tal era el interior de Cristo (Colosenses 2:9); En su exterior no había tal belleza deseable (Isaías 53:2); así la gloria de la iglesia es interna (Salmos 44:13), en el hombre interno, el del corazón (1 Pedro 3:4)”. (Trapp)
c. Dos querubines de madera, los cuales fueron cubiertos de oro: Estas dos grandes esculturas dentro del lugar santísimo daban a la entrada de esta habitación interior, así que tan pronto como entraba el sumo sacerdote, veía a estos gigantes guardianes de la presencia de Dios frente a él.
i. “Si se trataba de trabajo con imágenes – los querubines se hacían como niños – pero esto no es motivo para imágenes papistas; ya que estas están rotundamente prohibidas; y Dios hizo la ley para nosotros, no para él mismo”. (Trapp)
d. Hizo también el velo: Esta era la importante barrera que separaba el lugar santo del lugar santísimo. Solo un hombre, una vez al año, podía pasar detrás del velo y entrar al lugar santísimo.
i. “Para la mayoría de los israelitas, por lo tanto, el templo era un mundo invisible. Dios se había acercado a ellos, pero el camino hacia él estaba rodeado de muchas restricciones”. (Selman)
ii. Espiritualmente hablando, cuando Jesús murió por nuestros pecados por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención (Hebreos 9:12).
iii. En el templo, este velo se rasgó de arriba abajo en la muerte de Jesús (Mateo 27:51), mostrando que a través de su muerte, ya no hay una barrera al lugar santísimo.
iv. Ahora el lugar santísimo está abierto para nosotros: Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne (Hebreos 10:19-20). El velo rasgado de Mateo 27:51 también simboliza el cuerpo quebrantado de Jesús, a través del cual tenemos acceso al lugar santísimo.
3. (15-17) Los pilares del templo.
Delante de la casa hizo dos columnas de treinta y cinco codos de altura cada una, con sus capiteles encima, de cinco codos. Hizo asimismo cadenas en el santuario, y las puso sobre los capiteles de las columnas; e hizo cien granadas, las cuales puso en las cadenas. Y colocó las columnas delante del templo, una a la mano derecha, y otra a la izquierda; y a la de la mano derecha llamó Jaquín, y a la de la izquierda, Boaz.
a. Delante de la casa hizo dos columnas de treinta y cinco codos de altura: 1 Reyes 7:15 nos dice que estos pilares en realidad estaban hechos de bronce. Eran dos adornos muy impresionantes para el frente de la casa.
b. A la de la mano derecha llamó Jaquín, y a la de la izquierda, Boaz: Estos dos pilares eran tan impresionantes que hasta se les dieron nombres. Jaquín, que significa Él establecerá y Boaz, que significa en fuerza.
i. Cada vez que alguien iba a la casa del Señor en los tiempos de Salomón decía, “¡Miren! Ahí está ‘él establecerá’. Y ahí está ‘En él hay fuerza’”. Los ponía en el estado de ánimo adecuado para adorar al Señor. Cuando las multitudes se reunían en el sacrificio matutino y nocturno para alabar al Señor, los levitas dirigían al pueblo frente al templo con estas dos grandes columnas de bronce detrás de ellos. Siempre estaban delante de ellos: Él establecerá y En él hay fuerza.
ii. Podría decirse que la casa de Dios era Jaquín y Boaz. Ese templo fue establecido por Dios y construido con la fuerza de Dios. Cada vez que miraban ese templo, sabían que a Dios le gustaba establecer y fortalecer las cosas.
iii. La casa de Dios era un lugar donde las personas experimentaban lo que eran los pilares. En esa casa, las personas eran establecidas en su relación con Dios. En esa casa, las personas recibían fuerza del Señor. Desde este edificio debe salir a toda la comunidad: “Vengan aquí y sean establecidos. Vengan aquí y reciban la fuerza de Dios”.
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