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Génesis 17 — Dios reafirma el pacto

A. Dios aparece, y a Abram se le cambia el nombre.

1. (1-2) Dios aparece a Abram cuando tiene 99 años de edad.

Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto. Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera.

a. Era Abram de edad de noventa y nueve años: Abram tenía 75 años de edad cuando abandonó Harán (Génesis 12:4). Tenía 86 años de edad cuando nació Ismael de Agar, la sierva (Génesis 16:15-16). Él había esperado unos 25 años por el cumplimiento de la promesa de Dios de darle un hijo a través de Sarai. Habían pasado 13 años desde la última palabra registrada de Dios.

b. Le apareció Jehová: Sin duda, esta es otra aparición de Dios en la persona de Jesús, quien temporalmente tomó apariencia humana antes de su encarnación aquí en la tierra (como con Agar en Génesis 16:7-9).

c. Yo soy el Dios Todopoderoso: Primero, Dios le dijo a Abram quién era. Usando este nombre: «El Shaddai» (Dios Todopoderoso), Él le reveló a Abram su persona y carácter. Aunque hay alguna discusión acerca del significado del nombre «El Shaddai»:

i. Kidner: «Un análisis tradicional del nombre es: “Dios (El) quien (sa) es suficiente (day)”».

ii. Clarke: «El Shaddai es “Yo soy Dios suficiente para todo”. De shadah: “derramar”. Yo soy el Dios que derrama bendiciones, quien las da ricamente, continuamente, y en abundancia».

iii. Barnhouse: «La palabra hebrea shad significa “pecho” o “seno”. Puede estarse refiriendo a la fuerza del pecho del hombre (Dios Todopoderoso) o al confort y nutrición que viene del seno de la mujer (Dios de cuidado tierno)».

iv. Leupold: «Shaddai viene de la raíz de la palabra shadad, la cual significa “demostrar poder”».

v. La Septuaginta —una traducción del hebreo de las Escrituras al griego de los tiempos anteriores a Jesús— lo traduce con la palabra griega «pantokrator», la cual quiere decir «Todopoderoso», «el que tiene su mano sobre todo».

d. Anda delante de mí y sé perfecto: Luego, Dios le dijo a Abram lo que esperaba de él. Solamente podemos saber lo que Dios espera de nosotros cuando sabemos quién es, y lo conocemos plenamente de una manera personal, y tangible.

i. La palabra «perfecto» significa, literalmente, «completo». Dios quería todo de Abram, quería un compromiso total.

e. Y pondré mi pacto entre mí y ti: Dios le recordó a Abram que no había olvidado el pacto. Aunque habían pasado unos 25 años desde la primera vez que se hizo la promesa, y aunque quizá le pareció a Abram que Dios había olvidado, a Dios no se le había olvidado nada.

i. La última vez que se dice que el Señor se comunicó directamente con Abram fue unos 13 años antes. Al parecer, Abram tuvo 13 años de comunión «normal» con Dios, todo el tiempo esperando el cumplimiento de la promesa. Seguramente, en aquellos años, había ocasiones en las que Abram sintió que Dios se había olvidado de él.

ii. «Todos estos 13 años, por lo que nos informan las Escrituras, Abram no tuvo ni una sola visita de su Dios. No encontramos ningún registro de que él haya hecho algo memorable o haya tenido una sola audiencia con el Altísimo». (Spurgeon)

iii. Abram se estaba convirtiendo en un gran hombre de fe, pero no se hace un gran hombre de fe de un día para otro. Se necesitan muchos años donde Dios trabaje en la vida de un hombre, años de confiar en Dios en los momentos triviales, intercalados por unos encuentros espectaculares con el Señor.

2. (3-8) Dios se refiere a un término específico del pacto que no se le ha olvidado.

Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: He aquí mí pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.

a. Abram se postró sobre su rostro: Como esto parece ser una directa y personal aparición de Dios, Abram hizo lo correcto y reverente; él cayó sobre su rostro, mostrando sumisión y dando honor a Dios.

b. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham:Para animar a Abram en su fe en la promesa de tener descendientes a través de Sarai, Dios cambió el nombre de Abram (padre de muchos) por «Abraham» (padre de muchas naciones).

i. Sin duda, de cierta manera Abram, «padre de muchos», era un nombre difícil para un hombre quien no era padre de nadie, especialmente en una cultura donde se consideraba cortés preguntar por la vida personal de uno. Ahora, Dios dio un paso al futuro e hizo su nombre «padre de muchedumbre de gentes». Era casi una locura para un hombre sin hijos tener tal nombre.

ii. Piense cuando Abraham le anunció a los demás que su nombre había cambiado. Ellos deben de haber pensado que él quiso escapar de la carga que conllevaba su nombre; pero que, en lugar de esto, incrementó dicha carga.

iii. En la Biblia hay muchos cambios maravillosos de nombres, como cuando Dios cambió el nombre de Jacob por Israel (Génesis 32:28), o cuando cambió el nombre de Simón por Pedro (Marcos 3:16). Dios promete un nuevo nombre maravilloso a cada persona que vence en él (Apocalipsis 2:17).

iv. Dios nos da muchos nombres por fe (santo, justo, escogido, sacerdote real, hijos de Dios, entre otros), y sabe que Él mismo nos conformará al significado del nombre —aunque parezca imposible.

c. Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti: En casi todas las dimensiones, Dios hizo que la promesa a Abraham, largamente demorada, fuera mayor. Nunca antes Dios había dicho, específicamente, que múltiples naciones vendrían de Abraham (una singular nación fue prometida en Génesis 12:2). Nunca antes Dios había dicho, específicamente, que reyes descenderían de Abraham.

i. «¡Qué glorioso!, “voluntad” y “deber”. Hermanos, no podéis servir al Señor con un corazón perfecto hasta que primero vuestra fe se apodere de la “voluntad” y el “deber”». (Spurgeon)

d. Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo: Dios también prometió, específicamente, que el pacto que Él originalmente hizo a Abram en Génesis 12:1-3 pasaría a sus descendientes escogidos, esos que aún no habían nacido. El pacto no fue solamente para Abram, sino que fue un pacto perpetuo.

e. Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras […] en heredad perpetua: La promesa específica de la tierra no fue hecha solamente a Abraham, sino también a sus descendientes del pacto. Este pacto perpetuo era igual de válido para ellos como para Abraham mismo. La tierra fue y es la promesa del pacto de Dios al pueblo judío.

3. (9-14) Dios establece una señal del pacto para Abraham y sus descendientes.

Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones. Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros. Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros. Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generaciones; el nacido en casa, y el comprado por dinero a cualquier extranjero, que no fuere de tu linaje. Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por pacto perpetuo. Y el varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto.

a. Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros: Dios introdujo el mandamiento de guardar la circuncisión con estas palabras. El corte y la remoción del prepucio de cada varón entre los descendientes del pacto de Abraham los marcaría como aquellos que pertenecían al pacto. Desde que el pacto fue hecho con los literales, los descendientes genéticos de Abraham, a través de la promesa de Dios, era apropiado que esta señal del pacto fuera dada a aquellos nacidos en el pacto y fuera asociada con la parte reproductiva de sus cuerpos.

i. «La circuncisión indicaba a la simiente de Abraham que había una contaminación de la carne en el hombre que debía de ser quitada para siempre, o el hombre permanecería impuro, y fuera del pacto con Dios». (Spurgeon)

b. Será circuncidado todo varón de entre vosotros: Por primera vez, Dios da algo que hacer en cuanto al pacto. Le dijo que debían llevar una señal del pacto, mostrando que habían recibido el pacto por fe.

c. Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio: La señal era la circuncisión, el amputar el prepucio del varón. Dios escogió esta señal por muchas razones importantes.

i. La circuncisión no era desconocida en aquellos días. Era una práctica ritual de varios pueblos.

ii. Sin duda, había razones higiénicas, especialmente en el mundo antiguo. «Hay una evidencia médica de que esta práctica ha contribuido a la duración tan larga del vigor de la raza judía» (Morris). McMillen, en su obra Ninguna de estas enfermedades, habló de estudios de 1949 y 1954 que mostraron una proporción increíblemente pequeña de cáncer cérvico uterino en mujeres judías, porque la mayoría tenía esposos que habían sido circuncidados.

iii. Pero, más importante, la circuncisión es una manera de amputar la carne y una apropiada señal del pacto para indicar que no deben poner su confianza en la carne.

iv. También, porque la circuncisión trata con el órgano de la procreación, era un recordatorio de la simiente especial de Abraham que, finalmente, traería al Mesías.

d. Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros: Desde el pacto los descendientes de Abraham nacen en él por derecho natural. Se seguía el principio de que se les debía dar la señal del pacto en su infancia.

i. En Colosenses 2:11-12, el apóstol Pablo conectó las ideas de la circuncisión y el bautismo cristiano. Su idea era que en Jesús estamos espiritualmente circuncidados, y somos también enterrados con Jesús en el bautismo. Pablo no dijo que el bautismo es la señal del pacto que los cristianos reciben y bajo el cual viven, es decir, del nuevo pacto. Pero, incluso, si esta conexión es hecha, es importante notar que uno nació genéticamente en el pacto descrito aquí en Génesis 17. Uno no es genéticamente nacido en el nuevo pacto; uno nace en él por la gracia de Dio a través de la fe. Es erróneo y dañino hacer la analogía: «los bebés eran circuncidados, entonces los bebés deberían ser bautizados».

ii. «Los del tipo de la simiente de Abram están circuncidados; usted hace la inferencia de que todo lo tipificado por la simiente de Abram debe ser bautizado, y no me preocupo por la conclusión; pero te pregunto: ¿Quién es la verdadera simiente Abraham? Pablo respondió en Romanos 9:8: “No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes”». (Spurgeon)

iii. «Todos los que creen en el Señor Jesucristo, sean judíos o gentiles, son simiente de Abraham. Si tienen ocho días en la gracia, o más o menos, cada uno de los descendientes de Abraham tiene derecho al bautismo. Pero niego que el no regenerado, ya sea niño o adulto, sea de la descendencia espiritual de Abraham». (Spurgeon)

e. Y de edad de ocho días será circuncidado: Dios, probablemente, ordenó que la circuncisión de los niños tuviera lugar al octavo día porque es este día cuando el sistema inmune de los infantes está en el nivel óptimo para tal procedimiento.

i. McMillen también toma nota de que los recién nacidos tienen una susceptibilidad especial a sangrar entre el segundo y quinto día de vida. Parece que un importante agente de coagulación de la sangre, la vitamina K, se forma en la cantidad normal entre el quinto y el séptimo día de vida. Otro agente de coagulación de la sangre, la protrombina, se encuentra en sus niveles más altos en los recién nacidos, precisamente, en el octavo día; por lo que este es el más seguro, el día perfecto para circuncidar a un bebé.

f. Y el varón incircunciso […] ha violado mi pacto: Los que rechazaron la circuncisión, rechazaron la señal del pacto. No fueron amigos del pacto que Dios hizo con Abraham. No significa que la circuncisión los hizo parte del pacto (la fe lo hizo), pero por rechazar la circuncisión, rechazaron el pacto.

i. Desafortunadamente, a través de los siglos, los judíos llegaron a creer más en la señal del pacto (la circuncisión) que, en el Dios del pacto; pues creían que la circuncisión por sí misma era suficiente y necesaria para salvar. Pablo contrarresta esta idea extensivamente, especialmente en la luz de la obra terminada de Jesucristo (Gálatas 5:1-15).

ii. Así que, los cristianos son libres de circuncidarse o no. Uno lo puede hacer por razones sociales o de higiene, pero no nos acerca para nada a Dios: «porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la circuncisión, sino la fe que obra por el amor» (Gálatas 5:6).

iii. Para los cristianos lo más semejante que tenemos a la circuncisión es el bautismo. Pablo relaciona estas dos ideas en Colosenses 2:11-12. Aun así, el bautismo es un «señal» del pacto; no nos salva, pero es una señal del pacto que sí nos salva. Ser bautizado no nos salva, pero el cristiano no debe rechazar el bautismo.

B. La promesa de un hijo a Abraham y Sara.

1. (15-16) La promesa es declarada: Un hijo vendrá de Sara, cuyo nombre ha sido cambiado.

Dijo también Dios a Abraham: A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara será su nombre. Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella.

a. A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara será su nombre: Solo hay una diferencia sutil entre Sarai y Sara, pero es una diferencia importante. Sara un estándar y estatus más alto que Sarai.

i. «Sarai significa “mi señora” o “mi princesa”, lo cual le confiere su dominio a una familia; pero Sara simple y absolutamente, sin restricciones, significa “señora o princesa”, o “la princesa de una multitud”». (Poole).

b. Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo: Al enfatizar en la palabra «ella», Dios muestra su plan de que este hijo no vendría de una madre sustituta (como con Agar e Ismael). Sara misma daría a luz, aunque había pasado de la edad normal para eso (Sara tenía aproximadamente 90 años en aquel tiempo).

2. (17-18) La respuesta de Abraham a la promesa.

Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rio, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir? Y dijo Abraham a Dios: Ojalá Ismael viva delante de ti.

a. Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rio: La risa de Abraham no parece ser una de duda cínica, sino una de alegría por algo que sabía que parecía imposible por la apariencia externa, pero que Dios podía hacer.

b. ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo?: Él sabía que Sara y él, los dos, estaban ya muy pasados de la edad normal para que las personas tengan hijos. Pero Abraham creyó, y en Romanos 4:17-21, Pabló describió maravillosamente la fe de Abraham en esta promesa.

i. «Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido». (Romanos 4:17-21)

c. Ojalá Ismael viva delante de ti: Aun así, Abraham no entendió completamente la promesa de Dios. Quizá pensó que Dios quiso decir que Ismael sería el «hijo espiritual» de Sara. A Abraham —como a todos nosotros— le fue difícil confiar en Dios en algo que no podía concebir.

3. (19-22) Dios repite la promesa y los nombres del hijo que vendría de Abraham y Sara.

Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él. Y en cuanto a Ismael, también te he oído; he aquí que le bendeciré, y le haré fructificar y multiplicar mucho en gran manera; doce príncipes engendrarán, y haré de él una gran nación. Mas yo estableceré mi pacto con Isaac, el que Sara te dará a luz por este tiempo el año que viene. Y acabó de hablar con él, y subió Dios de estar con Abraham.

a. Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac: El hijo se llamaría Isaac («risa»), porque sería un gozo para sus padres; pero también para siempre recordar a Abraham como se rio de la promesa de Dios de darle un hijo de Sara en tan avanzada edad.

b. Y en cuanto a Ismael, también te he oído; he aquí que le bendeciré: Ismael será bendecido (porque Abraham pidió que lo fuera), pero el pacto y sus promesas solamente pasarían al hijo que vendría, el hijo de la promesa.

4. (23-27) Abraham lleva a cabo el mandato de Dios de la circuncisión.

Entonces tomó Abraham a Ismael su hijo, y a todos los siervos nacidos en su casa, y a todos los comprados por su dinero, a todo varón entre los domésticos de la casa de Abraham, y circuncidó la carne del prepucio de ellos en aquel mismo día, como Dios le había dicho. Era Abraham de edad de noventa y nueve años cuando circuncidó la carne de su prepucio. E Ismael su hijo era de trece años, cuando fue circuncidada la carne de su prepucio. En el mismo día fueron circuncidados Abraham e Ismael su hijo. Y todos los varones de su casa, el siervo nacido en casa, y el comprado del extranjero por dinero, fueron circuncidados con él.

a. Y circuncidó la carne del prepucio de ellos en aquel mismo día, como Dios le había dicho: La confianza de Abraham en el pacto se comprobó por su obediencia al mandato. Lo que realmente creemos se ve en nuestras acciones.

b. En el mismo día fueron circuncidados Abraham e Ismael su hijo: La obediencia de Abraham era una obediencia plena («Y todos los varones de su casa»), una obediencia rápida («En el mismo día»), y una obediencia de valentía (prácticamente incapacitar a todos sus hombres de combate a la vez).

i. Abraham no necesitaba orar acerca de esto. Ya estaba listo para esto. Dios lo dijo, y Abraham lo hizo. Este es un ejemplo maravilloso de obediencia de un hombre de fe.

©2021 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com

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