Salmo 128 – La familia bendecida de los que temen a Jehová
Este salmo se titula Cántico gradual. Es otro de los 15 cánticos que cantan los viajeros en su camino a Jerusalén, generalmente para una de las tres fiestas anuales (Pascua, Pentecostés y Tabernáculos). Al igual que el Salmo 127, tiene un enfoque en la obra de Dios en y a través de la familia.
“Es de verdadero significado que estos cánticos de hogar y de verdadera conciencia cívica se encuentren entre los que se cantan en el camino que conduce al culto. Siempre es bueno llevar al lugar de nuestra comunión con Dios los intereses del hogar y la ciudad. Solo así podremos influir en ellos para su bien duradero”. (G. Campbell Morgan)
A. La bendición descrita.
1. (1) Bendición para todos los que temen a Jehová.
Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová,
Que anda en sus caminos.
a. Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová: El debido honor y respeto que la criatura debe al Creador se describe como el principio de la sabiduría en muchos lugares (Salmo 111:10, Job 28:28, Proverbios 1:7 y 9:10, y Eclesiastés 12:13). Es de esperarse que una vida tan sabia traiga bendición.
i. “Bienaventurado sobre todos los hijos de los hombres, y autor de bendición para todos ellos, el hombre Cristo Jesús, porque sobre todos ellos, y por todos ellos, temió, amó y obedeció”. (Horne)
b. Bienaventurado todo aquel: Esta bendición está disponible para todos los que honren y respeten a Dios. No depende de la raza, la clase, la educación o incluso la inteligencia.
i. “La felicidad no es de los ricos, los poderosos y los prósperos como tales; pero en todo estado y condición, bendito es el hombre que ‘teme a Jehová’”. (Horne)
c. Que anda en sus caminos: Esto explica lo que quiso decir el salmista con el temor de Jehová. No se trataba fundamentalmente de tener ciertos sentimientos hacia Dios, sino de una vida de obediencia.
i. “La verdad más profunda y central acerca de él es que teme a Jehová. La realidad de ese temor se ve en que camina en los caminos de Jehová. Un hombre así es verdaderamente bendecido, es decir, feliz, en el verdadero sentido de la palabra”. (Morgan)
ii. “Es inútil hablar de temer al Señor si actuamos como aquellos a quienes no les importa si hay Dios o no. Los caminos de Dios serán nuestros caminos si le tenemos una sincera reverencia: si el corazón está unido a Dios, los pies le seguirán con perseverancia”. (Spurgeon)
2. (2-3) Bendiciones descritas.
Cuando comieres el trabajo de tus manos,
Bienaventurado serás, y te irá bien.
Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa;
Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa.
a. Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás: El salmista tenía en mente al granjero trabajador que disfruta de la comida de su propio trabajo. Aunque un elemento del trabajo está maldito desde la época de Adán (Génesis 3:17-19), al menos una parte de esta maldición se le quita al que teme a Jehová.
i. “Tu labor no será vana ni estéril, y el fruto de tus labores no te será quitado ni será poseído por otros, como Dios amenazó a los desobedientes, Deuteronomio 28. Sino que tú mismo disfrutarás con consuelo y satisfacción”. (Poole)
ii. “Esto es, cosecharás y recibirás la dulzura de tu sudor, ya sea de la frente o del cerebro, según la clase de tu vocación”. (Trapp)
iii. “No estarás exento de trabajo. Trabajarás: Pero Dios bendecirá y prosperará ese trabajo, y tú y tu familia comerán de él. Todos vivirán del producto de su propio trabajo, y no se permitirá que la mano de la violencia los prive de él”. (Clarke)
b. Tu mujer será como vid que lleva fruto: El que teme al Señor puede ser bendecido con un hogar grande y feliz. El hogar es feliz en su centro y los niños prosperan. Mientras se reúnen (alrededor de tu mesa) hay una sensación de comunidad y felicidad.
i. La vid era un símbolo no solo de la fecundidad (aquí explícitamente), sino del encanto sexual (Cantar de los Cantares 7:8 y sig.) y de la festividad (Jueces 9:13)”. (Kidner)
ii. Aunque la idea de tener hijos se encuentra en la figura de la vid que lleva fruto, va mucho más allá. “Las buenas esposas también son fructíferas en bondad, ahorro, ayuda y afecto: si no tienen hijos, de ninguna manera son estériles si nos dan el vino de la consolación y los racimos del consuelo”. (Spurgeon)
iii. El salmista da por sentado que el pueblo de Dios estaba casado. Esto se asumía y aún se asume con frecuencia entre el pueblo judío: ‘En ese tiempo, todo judío está obligado a casarse alrededor de los dieciocho años, o antes de los veinte, de lo contrario se le consideraba como uno que vivía en pecado”. (Trapp)
iv. El cristianismo trajo la idea de que la soltería es también un llamado de Dios y que, en algunos casos, es preferible a estar casado. Jesús fue soltero.
c. Como vid que lleva fruto… como plantas de olivo: Estos eran dos cultivos importantes en el antiguo Israel. Las uvas y el vino de la vid que lleva fruto y el aceite de las plantas de olivo no eran necesarios para la supervivencia, pero hacían la vida mucho mejor. Un matrimonio feliz e hijos florecientes no son esenciales para la supervivencia, pero enriquecen enormemente la vida a su manera.
i. “La vid y el olivo son dos de los mejores frutos… ambos juntos implican que una gran parte de la felicidad temporal de un hombre consiste en tener una buena esposa e hijos”. (Trapp)
ii. “¡Qué grupo de imágenes tan encantador! La esposa como una enredadera que se enreda alrededor del enrejado tallado del patio interior de la casa [del Medio Oriente], como si la mujer diera el rico vino de la vida, que es amor, además de reflejar la fertilidad y la agraciada belleza; mientras que los niños, como los olivos, son fuente de alegría perenne. ¿Tendrías una casa así? Su piedra angular es el temor de entristecer al Espíritu de Dios”. (Meyer)
iii. “Los olivos tardan mucho en madurar y ser rentables. Cultivados con paciencia, se vuelven bastante valiosos y continúan produciendo una cosecha rentable durante siglos, quizás más que cualquier otro árbol o planta que produzca fruto”. (Boice)
iv. “Aunque el olivo puede no dar fruto después de haber sido plantado durante cuarenta años, es un símbolo de longevidad y productividad. ¡Así son los niños dentro de la familia de la fe! No son como la hierba, que está aquí hoy, pero mañana se ha ido. Más bien, son olivos que a su debido tiempo dan su fruto”. (VanGemeren)
v. “Lo interesante de estas dos imágenes: vides y olivos, es que son símbolos bíblicos de la vida abundante. No son alimentos básicos como el trigo o el maíz. Simbolizan una rica bendición”. (Boice)
3. (4) La promesa de bendición repetida.
He aquí que así será bendecido el hombre
Que teme a Jehová.
a. He aquí que así será bendecido el hombre: Como se dijo antes en el versículo 1, hay seguridad de bendición para todos los que honran y respetan a Dios de la manera que deben. Reconocemos que algunas personas han temido genuinamente al Señor, pero no han disfrutado de todas las bendiciones específicas descritas en los versículos 2-3.
·Esto se debe a que el salmista escribió esto como la bendición que deseaba para los que temen al Señor.
·Esto se debe a que estas son descripciones generales de la vida bendita en el antiguo Israel, y no promesas universales al pueblo de Dios.
·Esto se debe a que estas no son las únicas bendiciones de la vida, y Dios puede dar otras bendiciones en compensación a los que le temen.
·Esto se debe a que ninguno de nosotros teme perfectamente al Señor.
i. “Si se le conceden bendiciones temporales, las acepta como sombras de las eternas; si le son negadas, recuerda que son sólo sombras y, por lo tanto, son negadas, para que pueda fijar sus pensamientos y afectos con más firmeza en la sustancia”. (Horne)
b. Que teme a Jehová: Esta es una condición adicional sobre estas promesas generales. El honor y el respeto que la criatura le debe al Creador es fundamental.
B. La bendición pronunciada.
1. (5) Bendición relacionada con Jerusalén.
Bendígate Jehová desde Sion,
Y veas el bien de Jerusalén
Todos los días de tu vida
a. Bendígate Jehová desde Sion: Como otro de los cánticos graduales, es natural que los cantores de este salmo piensen en la conexión de la bendición con Jerusalén. Dios tiene bien para su pueblo que saldrá de Sion.
·Cuando consideramos que gran parte de la enseñanza y el ministerio que Jesús hizo fue en Jerusalén, vemos que somos bendecidos desde Sion.
·Cuando consideramos que Jesús murió como sacrificio y sustituto de nuestros pecados en Jerusalén, vemos que somos bendecidos desde Sion.
·Cuando consideramos que Jesús se levantó de entre los muertos y ascendió al cielo desde Jerusalén, vemos que somos bendecidos desde Sion.
·Cuando consideramos que el evangelio se predicó por primera vez desde Jerusalén y la iglesia nació allí, vemos que somos bendecidos desde Sion.
b. Y veas el bien de Jerusalén: Para el que teme al Señor, es una bendición ver el bien de Jerusalén. Muestra que hay un sentido en el que un hogar feliz no es suficiente; también debemos cuidar de nuestra comunidad y nación.
i. “Mezclado con la dulzura doméstica del salmo, está el amor resplandeciente por Sion. No importa cuán bendecida sea la casa, no debilitará el sentido de pertenencia a la nación”. (Maclaren)
ii. “Si la piedad puede ser demasiado individualista y una familia demasiado autosuficiente, la estrofa final se encarga de ambos peligros”. (Kidner)
iii. En cambio, los hogares fuertes y felices son por el bien de una ciudad. “La fuerza de cualquier ciudad radica en su sólida vida familiar. La verdadera fuerza de la familia surge de su orden en el temor del Señor”. (Morgan)
2. (6) Bendición relacionada con la familia.
Y veas a los hijos de tus hijos.
Paz sea sobre Israel.
a. Y veas a los hijos de tus hijos: La bendición para el que teme a Jehová va más allá de la ciudad santa, e impacta a la familia sagrada. El salmista ve la bendición como disfrutar de los nietos.
i. Dado que los viajes de los peregrinos a Israel a menudo se realizaban en familia, tenía sentido que se prestara mucha atención a las relaciones familiares en los Cánticos graduales.
b. Paz sea sobre Israel: El salmo termina con esta feliz y confiada declaración. El salmista entendía que si el pueblo de Israel temía al Señor, esta bendición de shalom sería evidente en su comunidad, en su familia y en el reino en general.
i. “Este antiguo cantor tenía una verdadera concepción de las obligaciones que se derivan de las bendiciones personales y domésticas. Él nos enseña que no es suficiente ‘ver a los hijos de los hijos’, a menos que tengamos ojos para buscar la prosperidad de Jerusalén, y lenguas que oren no solo por aquellos en nuestros hogares, sino por ‘la paz sobre Israel’”. (Maclaren)
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