Números 13 – Se envían espías a Canaán
A. Los espías son elegidos y comisionados.
1. (1-3) El envío de los espías.
Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos. Y Moisés los envió desde el desierto de Parán, conforme a la palabra de Jehová; y todos aquellos varones eran príncipes de los hijos de Israel.
a. Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán: Estos hombres estaban en una misión de reconocimiento; para observar la tierra de Canaán y traer un informe a la nación. Investigarían el camino a Canaán, verían si la tierra era una buena tierra para vivir y juzgarían la fuerza militar de los cananeos.
b. De cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos: Estos espías fueron escogidos de entre el pueblo. Según Deuteronomio 1:20-25, el plan de enviar espías no vino directamente de Moisés, sino del pueblo.
i. Deuteronomio 1:21 registra las palabras de Moisés: Mira, Jehová tu Dios te ha entregado la tierra; sube y toma posesión de ella, como Jehová el Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes. Moisés les dijo simplemente que fueran y tomaran la tierra que Dios les había prometido.
ii. En respuesta, el pueblo sugirió este plan a Moisés (vinisteis a mí todos vosotros, y dijisteis, Deuteronomio 1:22). Sin embargo, Moisés estuvo de acuerdo con el plan del pueblo y dijo: el dicho me pareció bien (Deuteronomio 1:23).
iii. Esta misión de los espías tuvo un mal resultado. Se podría decir que Moisés se equivocó al aceptar esta sugerencia del pueblo. Quizás las acusaciones de María y Aarón (por insignificantes, falsas y egoístas que fueran) habían hecho que Moisés dudara en tomar un liderazgo fuerte.
iv. Dado que el pueblo de Israel inició esta excursión, quizás Moisés solo se acercó a Dios para preguntarle cómo enviar a los espías, no si debía enviar a los espías. De cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos describe el método de envío de los espías.
c. Conforme a la palabra de Jehová: Sin embargo, esto estaba en el plan de Dios. Dios usó el informe de los espías como una prueba de la fe de Israel.
2. (4-16) Los hombres elegidos como espías.
Éstos son sus nombres: De la tribu de Rubén, Samúa hijo de Zacur. De la tribu de Simeón, Safat hijo de Horí. De la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone. De la tribu de Isacar, Igal hijo de José. De la tribu de Efraín, Oseas hijo de Nun. De la tribu de Benjamín, Palti hijo de Rafú. De la tribu de Zabulón, Gadiel hijo de Sodi. De la tribu de José: de la tribu de Manasés, Gadi hijo de Susi. De la tribu de Dan, Amiel hijo de Gemali. De la tribu de Aser, Setur hijo de Micael. De la tribu de Neftalí, Nahbi hijo Vapsi. De la tribu de Gad, Geuel hijo de Maquí. Éstos son los nombres de los varones que Moisés envió a reconocer la tierra; y a Oseas hijo de Nun le puso Moisés el nombre de Josué.
a. Éstos son sus nombres: De la tribu de Rubén, Samúa de Zacur: Se eligió a uno de cada tribu, para que los espías representaran a toda la nación.
b. Y a Oseas hijo de Nun le puso Moisés el nombre de Josué: Josué fue elegido líder del grupo. Su nombre fue mencionado primero como Oseas, que significa “salvación”. Sin embargo, su nombre llegó a ser Yehoshúa, que significa “Yahveh es salvación”.
i. Incluso podemos imaginarnos cuando Moisés conoció a Josué por primera vez y le preguntó quién era. “Soy Oseas” [“Soy salvación”], habría respondido Josué. Moisés habría sonreído y habría respondido: “¡Ya-Oseas!” [“¡Yahveh es salvación!”]. Josué se convirtió en su nombre, y en el nombre del Mesías, quien es nuestra salvación.
3. (17-20) Moisés comisiona a los espías.
Los envió, pues, Moisés a reconocer la tierra de Canaán, diciéndoles: Subid de aquí al Neguev, y subid al monte, y observad la tierra cómo es, y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si poco o numeroso; cómo es la tierra habitada, si es buena o mala; y cómo son las ciudades habitadas, si son campamento o plazas fortificadas; y cómo es el terreno, si es fértil o estéril, si en él hay árboles o no; y esforzaos y tomad del fruto del país. Y era el tiempo de las primeras uvas.
a. Observad la tierra cómo es: La dirección de Moisés a los espías fue una sutil manifestación de incredulidad. ¿Realmente dudaba de que la tierra fuera buena? ¿Dudaba de que la tierra fuera rica? ¿Dudaba de que hubiera bosques útiles? ¿Importaba si la gente era fuerte o numerosa, o si vivían en fortalezas?
i. Esta era una búsqueda completamente razonable para Moisés, y representativa de la curiosidad de toda la nación. Después de todo, nunca habían visto esta tierra, ni ningún israelita lo había hecho durante unos 400 años.
ii. Dios ya les había dicho cómo era la tierra. En el llamado de Moisés en la zarza ardiente, Dios le dijo que la tierra de Canaán era una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel (Éxodo 3:8), y Moisés le contó al pueblo las bondades de la tierra (Éxodo 13:5).
b. El pueblo que la habita, si es fuerte o débil: Nos preguntamos qué pensaba el pueblo de Israel que haría si recibía un informe negativo. ¿Resolverían regresar a Egipto?
B. El informe de los espías.
1. (21-25) Los doce espías en la Tierra Prometida.
Y ellos subieron, y reconocieron la tierra desde el desierto de Zin hasta Rehob, entrando en Hamat. Y subieron al Neguev, y vinieron hasta Hebrón; y allí estaban Ahimán, Sesai y Talmai, hijos de Anac. Hebrón fue edificada siete años antes de Zoán en Egipto. Y llegaron hasta el arroyo de Escol, y de allí cortaron un sarmiento con un racimo de uvas, el cual trajeron el cual trajeron dos en un palo, y de las granadas y de los higos. Y se llamó aquel lugar el Valle de Escol, por el racimo que cortaron de allí los hijos de Israel. Y volvieron de reconocer la tierra al fin de cuarenta días.
a. Y ellos subieron, y reconocieron la tierra: Mientras estos espías recorrían la tierra, vieron a algunas personas y los productos de la tierra. Este espectacular producto incluía racimos de uvas tan grandes que había que llevarlos entre dos hombres en un palo.
b. Y volvieron de reconocer la tierra al fin de cuarenta días: La misión de reconocimiento tomó cuarenta días. Cuando Dios probó a su pueblo, usualmente usó un período de cuarenta (como cuarenta días o cuarenta años).
2. (26-29) El informe de la tierra.
Y anduvieron y vinieron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación de los hijos de Israel, en el desierto de Parán, en Cades, y dieron la información a ellos y a toda la congregación, y les mostraron el fruto de la tierra. Y les contaron, diciendo: Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y éste es el fruto de ella. Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac. Amalec habita el Neguev, y el heteo, el jebuseo, y el amorreo habitan en el monte, y el cananeo habita junto al mar, a la ribera del Jordán.
a. Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste: Parecían sentir que estaban más en una misión de Israel que en una misión de Dios; ya podríamos sentir que el informe se dará de acuerdo con una perspectiva humana, no de acuerdo con la perspectiva de Dios.
b. Que ciertamente fluye leche y miel – Lo que Dios había prometido sobre la tierra era verdad.
c. Mas: La palabra “mas” significa “a pesar de todo eso”. En ese momento, Moisés y todo hombre de fe en Israel deberían haber clamado y dicho: “¡mas, nada! ¿Cómo se puede decir: ‘Fuimos a la tierra, la encontramos buena y la promesa de Dios es verdadera’ y luego decir: ‘A pesar de todo esto…’?”
i. A pesar de la fiel promesa de Dios, el pueblo que habita aquella tierra es fuerte.
ii. A pesar de la fiel promesa de Dios, las ciudades muy grandes y fortificadas.
iii. A pesar de la fiel promesa de Dios, vimos allí a los hijos de Anac [una tribu de hombres grandes].
iv. A pesar de la fiel promesa de Dios, Amalec habita… el amorreo… el cananeo habita – ¡toda la tierra está ocupada, no hay vacantes!
d. Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac: Es difícil imaginar un informe más incrédulo e infiel a Dios que este; un informe que reconoce la fidelidad de la promesa de Dios, la verdad de su palabra y, sin embargo, dice: “A pesar de todo eso …”.
i. Cualquiera que sea la naturaleza exacta de la prueba de Dios en las mentes y corazones de los doce espías durante los cuarenta días en Canaán, está claro que, en general, ¡fallaron la prueba!
3. (30) La fiel objeción de Caleb.
Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos.
a. Entonces Caleb hizo callar al pueblo: Caleb – ¡bendito para siempre! – ordenó al pueblo que inmediatamente (luego) confiaran y obedecieran a Dios y que tomaran la tierra, porque Dios los había hecho capaces.
b. Subamos luego, y tomemos posesión: Se necesitó de gran valor de parte de este hombre para resistir la marea de la incredulidad, la duda y la actitud de “a pesar de todo eso”. Caleb tenía el espíritu de Romanos 3:4: Bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso.
4. (31-33) Los otros espías responden a Caleb.
Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.
a. Mas los varones que subieron con él, dijeron: Su respuesta incrédula fue una potente combinación de verdad, mentira y exageración.
i. Desde una perspectiva humana, era cierto que aquel pueblo es más fuerte que nosotros – pero decir: “No podremos subir contra aquel pueblo” era una mentira.
ii. Era cierto que habían atravesado la tierra – pero decir: “es tierra que traga a sus moradores” era mentira.
iii. Cada una de las afirmaciones: “todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura” o “gigantes” y “éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas” eran todas terribles exageraciones, simples mentiras.
b. La tierra por donde pasamos para reconocerla: La incredulidad a menudo se presenta como “fáctica” o “práctica” o “con los pies en la tierra”. Sin embargo, lo más factual, práctico y realista que podemos hacer es confiar en la palabra del Dios viviente. Su incredulidad no estaba de acuerdo con los hechos, sino a pesar de los hechos.
i. Es significativo que dos hombres puedan ver exactamente los mismos lugares – las mismas uvas, los mismos hombres, la misma tierra, las mismas ciudades – y uno puede salir cantando con fe, y el otro ser lleno de una sensación de condenación segura. En última instancia, la fe o la incredulidad no surgen de las circunstancias o el entorno, sino de nuestro corazón, el cual Dios debe cambiar.
©2022 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com