Números 14 – El pueblo rechaza a Canaán
A. La rebelión de Israel en Cades-barnea.
1. (1) El dolor de Israel al enfrentarse a la elección entre la fe y la incredulidad.
Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche.
a. Toda la congregación gritó, y dio voces: Los hijos de Israel se enfrentaron a dos informes sobre la Tierra Prometida. Dos de los doce espías (Caleb y Josué) dijeron: «Subamos luego, y tomemos posesión de ella, porque más podremos nosotros que ellos» (Números 13:30). El mensaje de los otros diez espías fue: «Lo que Dios prometió acerca de la tierra es verdad; sin embargo, los nativos de la tierra son demasiado poderosos y no podemos vencerlos, a pesar de lo que Dios ha prometido» (como en Números 13:31-33).
i. Los doce espías fueron enviados como representantes de las doce tribus (Números 13:2). De este modo, representaban verdaderamente al pueblo de Israel. La falta de fe de la mayoría de los espías representaba la falta de fe de la mayoría de Israel.
ii. Lloraron porque todo Canaán parecía una fortaleza fuerte e inconquistable. Olvidaron por completo que Dios derrotó aEgipto para liberarlos de su esclavitud, una nación mucho más poderosa que los cananeos.
iii. En esta sección se repite a menudo la idea de todo el pueblo:
·Toda la congregación (Números 14:1).
·Todos los hijos de Israel (Números 14:2).
·Toda la multitud (Números 14:2).
·Toda la congregación (Números 14:7).
·Toda la multitud (Números 14:10).
·Todos los hijos de Israel (Números 14:10).
Los que se negaron a confiar en Dios y en su promesa no fueron una minoría, ni siquiera una ligera mayoría. La incredulidad se extendió entre el pueblo de Dios como una epidemia, infectando prácticamente a todo Israel. Esto era psicología de multitudes trabajando de una manera malvada y destructiva.
iv. «El terror es más contagioso que el valor, porque una multitud es siempre más propensa a los bajos instintos que a los nobles». (Maclaren)
b. Y el pueblo lloró aquella noche: La incredulidad de los diez espías verdaderamente representaba el corazón incrédulo de la nación. Israel lloró aquella noche al escuchar que los enemigos en Canaán eran formidables. Su dolor lleno de lágrimas tenía al menos cuatro aspectos distintos:
i. Lloraron porque Dios no se los puso todo «fácil». A menudo esperamos esto de Dios; no obstante, rechazamos la adversidad. Esto es olvidar el ejemplo de Jesús, que se enfrentó a grandes dificultades en su vida y en su ministerio. Solemos olvidar que nosotros, como discípulos, no estamos por encima de Jesús, nuestro maestro.
ii. Lloraron con resentimiento contra Dios, echándole la culpa a Él. Al hacer esto, negaron que Jehová es un Padre amoroso que cuida de sus hijos.
iii. Lloraron y se entregaron al sentimiento de incredulidad y temor. Esta tristeza permitió que sus sentimientos abrumaran sus pensamientos y acciones, en lugar de ser dirigidos por una fe vibrante en el Dios viviente. Esta era una confianza pecaminosa e incrédula en los sentimientos de temor y tristeza.
iv. Lloraron por una pérdida. A menudo lloramos porque algo ha muerto. Ellos sintieron que la promesa de Canaán había muerto y se había vuelto imposible. En cambio, Dios quería que «murieran» a su incredulidad y a su confianza en sí mismos.
c. Y el pueblo lloró aquella noche: Mientras Dios invitaba a Israel a tomar la tierra de Canaán, ellos se rebelaron contra Él a través de su llanto. La incredulidad les hizo pensar que el bien de Dios para ellos (el regalo de la tierra prometida) era algo malo.
i. Esto muestra la gran tragedia de la incredulidad. Menos de dos años después de salir de Egipto, Israel se encontraba en el umbral de la Tierra Prometida. A lo largo de los primeros diez capítulos de Números, Israel estuvo totalmente preparado para vivir y avanzar como un pueblo apto para la Tierra Prometida de Dios. Habían sido ordenados, limpiados, purificados, apartados, bendecidos, enseñados a cómo dar y cómo funcionar como sacerdotes. En ese período, se le hizo recordar a Israel el juicio perdonado y la liberación traída; se les dio la presencia de Dios como guía, y las herramientas necesarias para dirigir al pueblo. Sin embargo, la incredulidad impidió que este pueblo recibiera las promesas de Dios.
2. (2-3a) Israel se rebela murmurando.
Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos! ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa?
a. Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel: Su murmuración fue dirigida primero contra Moisés y contra Aarón; pero como estos eran los líderes del Señor, en realidad murmuraron contra el Señor. Aquí, el objetivo de Moisés y Aarón (llevar a este pueblo a la Tierra Prometida) es el objetivo del Señor. Su queja es contra el Señor, incluso si querían ocultarla dirigiéndola contra Moisés y contra Aarón.
i. Probablemente, había algunos entre Israel que afirmaban que su confianza verdaderamente estaba en Dios y que su problema era con Moisés y Aarón, no con Dios. Sin embargo, ya que Moisés y Aarón estaban correctamente dirigidos hacia el objetivo de Dios para Israel, en este punto quejarse contra ellos era quejarse contra Dios.
ii. Josué y Caleb entendían que esto era rebelión contra Yahveh: «Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová» (Números 14:9). El Señor mismo entendía que esto era una rebelión contra Él: «¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo?» (Números 14:11).
b. Ojalá muriéramos: El desafío de la fe ante el pueblo parecía tan grande —y tan espantoso— que hubieran preferido morir antes que seguir adelante con lo que el Señor planeaba para ellos.
i. «A menudo, en un estado de rebelión contra Dios, uno pierde el beneficio de la estabilidad espiritual, por lo que la sabiduría y el discernimiento se vuelven esquivos y la toma de decisiones adecuadas se hace extremadamente difícil. La preocupación y el miedo dominan los patrones de pensamiento de uno». (Cole)
ii. Trágicamente para esta generación de israelitas, Dios les daría lo que sus corazones rebeldes e incrédulos querían. Ellos morirían en el desierto, sin llegar a la Tierra Prometida.
c. ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada?: Aquí, ellos acusaron directamente al Todopoderoso de pecado y maldad hacia ellos. Estaban enojados con Dios y lo acusaron de planear el asesinato de ellos, sus mujeres y sus niños.
i. Este era un profundo estado de rebelión. Dios, que no puede hacer ningún mal, en quien no hay sombra de cambio, fue llamado malvado y asesino por su propio pueblo.
ii. Más tarde, Dios comentaría sobre estos eventos en el Salmo 95. Dios describió esto como la rebelión (Salmo 95:8), como cuando Israel probó y puso a prueba a Dios, a pesar de ver sus poderosas obras (Salmo 95:9). El escritor de Hebreos utilizó estos acontecimientos para advertir solemnemente contra la incredulidad (Hebreos 3:7-13, 3:16-19).
iii. Según el consejo que dan algunos, es algo saludable estar enfadado con Dios para que Dios y usted puedan reconciliarse. Si bien es cierto que uno puede estar enojado con Dios, y es cierto que uno debe llevar cada sentimiento de este tipo a Dios, es un error asumir que tales sentimientos están justificados. Si estamos enojados con Dios, estamos en pecado, porque Dios nunca ha hecho nada que merezca nuestro enojo con Él. Debemos llevar honestamente tal pecado ante Dios, pero ni por un momento sentir que está justificado.
d. Y que nuestras mujeres y nuestros hijos sean por presa: Los incrédulos en Israel justificaban su incredulidad sobre la base de la preocupación por sus mujeres y niños.Trágicamente, debido a su incredulidad, morirían en el desierto, y sus niños —una nueva generación de fe— heredarían la Tierra Prometida.
3. (3b-4) Israel se rebela anhelando volver a Egipto.
¿No nos sería mejor volvernos a Egipto? Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto.
a. ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?: Esto no era lo mejor. En los primeros diez capítulos de Números, Dios condujo a Israel a través de un proceso destinado a transformarlo de un pueblo con mentalidad de esclavo a uno apto para su Tierra Prometida. Aquí, regresan completamente a lo que podría llamarse una mentalidad esclava. Ellos profesaron preferir su esclavitud egipcia antes que el camino de fe que Dios quería.
i. Israel rechazó una vida de fe. Dios tenía la intención de llevarlos a una confianza más profunda que antes, pero ellos no querían ser parte de ello. No querían un caminar defe, preferían alcanzar la Tierra Prometida sin tener que recibirla por fe.
ii. A menudo pensamos que la experiencia de lo milagroso edifica la fe, pero raramente lo hace. En los dos años anteriores a Números 14, el pueblo de Israel experimentó innumerables milagros dramáticos, incluyendo los milagros diarios del maná y la presencia de Dios en las columnas de fuego y nube. Sin embargo, cuando llegó el momento de confiar en la promesa de Dios en un momento crítico, fracasaron.
iii. Ciertamente, los incrédulos en Israel afirmarían que «sí» le creyeron a Dios en muchas cosas. Creyeron que su presencia estaría con ellos en las columnas de nube y fuego; que Él proveería maná diariamente; que les daría agua cuando la necesitaran. En muchos puntos creyeron, pero no aquí, en este punto tan crítico, en la necesidad del momento. Tenemos una manera de creer todo lo bueno acerca de Dios, excepto en el punto particular donde estamos siendo desafiados.
iv. Cuando desconfiamos y dudamos de Dios, debemos preguntarnos qué atributo suyo pensamos que fallará. ¿Pensamos que Dios ha perdido su poder, su bondad, su honestidad, su fidelidad, su amor?
b. Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto: Esto era rebelión pura. Dijeron que no querían el plan de Dios, que no querían a los líderes de Dios y que no querían la tierra de Dios. Aquí, Israel creyó que sabía más que Dios.
i. «Esta vez ellos realmente proponen regresar a Egipto, rechazando así completamente todo el plan de redención». (Wenham)
ii. Su rebelión estaba centrada en el hombre. La expresión «Decían el uno al otro» significa que la decisión fue tomada entre ellos y que creyeron que su voto mayoritario contenía más sabiduría que la Dios. Designemos, significa que no les gustó la selección de Dios, así que querían un líder que realmente los representara —representación que incluía su rebelión contra Dios.
4. (5-9) La reacción de Moisés, Aarón, Josué y Caleb ante la rebelión del pueblo.
Entonces Moisés y Aarón se postraron sobre sus rostros delante de toda la multitud de la congregación de los hijos de Israel. Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos, y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis.
a. Entonces Moisés y Aarón se postraron sobre sus rostros: Moisés y Aarón eran mayores y más sabios y, por lo tanto, sabían lo lamentable que era la situación. Simplemente, se postraron en oración, sin decirle una palabra al pueblo (tal vez, intuyendo que no serviría de nada). Sabían que debían clamar a Dios por un milagro si querían que Israel se salvara.
i. «Con razón Moisés y Aarónse postraron sobre sus rostros, no para suplicar por sus vidas, sino para expresar su asombro ante la blasfemia sacrílega del pueblo. Caer sobre el rostro es la máxima señal de adoración religiosa y temor en el Antiguo Testamento (Génesis 17:3; Levítico 9:24). Pero en Números suele anticipar algún gran acto de juicio (Números 16:4, 22, 45; 20:6)». (Wenham)
b. Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone: Josué y Caleb, los dos espías fieles, eran más jóvenes y optimistas, por lo que intentaron persuadir al pueblo.
i. Josué y Caleb mostraron la gravedad de la situación cuando rompieron sus vestidos, demostrando un profundo dolor y luto. Actuaron como si alguien hubiera muerto, o estuviera a punto de morir.
ii. Josué y Caleb le recordaron al pueblo que la tierra es tierra en gran manera buena. El Señor prometió que Canaán sería buena, y lo era; Josué y Caleb lo vieron. Si Dios prometió que Israel podría tomar posesión de la tierra, ellos también podían confiar en esa promesa.
iii. Cuando el pueblo de Dios contempló los enormes racimos de uvas (Números 13:23, 26-27), unos pocos dijeron: «Estas enormes uvas nos muestran la buena tierra que Dios nos ha prometido. Dios dijo que la tierra sería buena, y lo es». La mayoría dijo: «Uvas gigantes significan que debe haber gente gigante en la tierra, gente demasiado poderosa como para que podamos vencerla».
iv. «Estos hombres vieron todo lo que los otros vieron, y más. Tenían una clara aprehensión de la bondad de la tierra; de ninguna manera estaban ciegos a la formidable naturaleza de las dificultades que se interponían entre ellos y esa posesión. Pero vieron a Dios. Comenzaron con esa visión, y vieron todo lo demás a la luz de ella». (Morgan)
v. Nosotros los comeremos como pan: «Los destruiremos tan fácilmente como hacemos a nuestro pan o comida común». (Poole)
vi. Su amparo se ha apartado de ellos: «La palabra traducida como ‘protección‘ es sel, también traducida como ‘sombra‘. En las regiones cálidas y áridas de Oriente Medio, la noción de sombra es un símbolo de gracia y misericordia, un alivio del calor abrasador (cf. Salmo 91:1)». (Allen)
vii. Josué y Caleb advirtieron al pueblo, diciendo: «por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo […] con nosotros está Jehová»: Su temor e incredulidad fueron una rebelión deliberada. Por lo tanto, Josué y Caleb apelaron a la voluntad del pueblo, pidiéndoles que decidieran abandonar su rebelión y volver al Señor. El pueblo de Israel no tenía que ceder a sus sentimientos de miedo, de ira hacia el Señor, ni de incredulidad. Por la gracia de Dios, podían optar por someterse a Él y confiar en Él.
5. (10) Dos respuestas a la apelación de Josué y Caleb.
Entonces toda la multitud habló de apedrearlos. Pero la gloria de Jehová se mostró en el tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel.
a. Toda la multitud habló de apedrearlos: Esta fue la respuesta del pueblo. Los hombres rebeldes e incrédulos no pueden soportar a los hombres de fe, que vienen con el desafío de la fe. Querían matar a Josué y a Caleb por llamarlos a abandonar su incredulidad y a confiar en Dios.
i. Aquellos que viven en rebelión e incredulidad a menudo encuentran que los que viven en fe y sumisión a Dios son perjudiciales y molestos. Esto es especialmente cierto si los que viven en la fe tratan de corregir o guiar a los rebeldes e incrédulos.
b. La gloria de Jehová se mostró: Esta fue la respuesta del Señor. El versículo 10 todavía no dice lo que la gloria del Señor haría, pero no es difícil de entender. Las acciones y sentimientos de los diez espías incrédulos y de la gran mayoría de Israel no eran consistentes con la gloria del Señor:
·No era consistente con la gloria del Señor ser incrédulo.
·No era consistente con la gloria del Señor lamentarse porque el camino de la fe era difícil.
·No era consistente con la gloria del Señor anhelar la muerte.
·No era consistente con la gloria del Señor acusar a Dios de planear asesinato.
·No era consistente con la gloria del Señor desear regresar a la esclavitud de Egipto.
·No era consistente con la gloria del Señor rechazar a los líderes de Dios.
·No era consistente con la gloria del Señor amenazar con matar a aquellos que los llamaban a una confianza más profunda en Dios.
B. La espectacular intercesión de Moisés por los hijos de Israel.
1. (11-12) La acusación de Dios contra Israel y la oferta a Moisés.
Y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos? Yo los heriré de mortandad y los destruiré, y a ti te pondré sobre gente más grande y más fuerte que ellos.
a. Jehová dijo a Moisés: Aquí, Dios no habló a Israel como nación. Dios sabía que ya no lo escuchaban. El Señor le habló a Moisés directamente.
i. Muchos hijos de Dios en rebelión se preguntan por qué ya no escuchan la voz de Dios, por qué Dios no les habla en la Biblia como antes. Sin embargo, cuando rechazamos lo que Dios ya ha dicho, a menudo cerramos nuestros oídos a lo que Él puede continuar hablándonos a través de la Biblia.
b. ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo?: Dios había sido bueno con Israel y había demostrado su fuerza amorosa hacia ellos innumerables veces. El rechazo de Israel a Dios no tenía sentido. Era justo que Dios preguntara: «¿Hasta cuándo?».
c. Yo los heriré […] y los destruiré: En esto, Dios dijo que le daría al rebelde Israel lo que se merecía: juicio. El juicio sería lo que ellos dijeron que querían en Números 14:2: morir en el desierto.
d. A ti te pondré sobre gente más grande y más fuerte que ellos: Este fue un ofrecimiento asombroso que Dios le hizo a Moisés. Dios ofreció cumplir sus promesas de una tierra, una nación y una bendición a Abraham, Isaac y Jacob a través de Moisés, y no a través de las doce tribus de Israel como un todo.
i. Esta fue una propuesta impresionante para Moisés. Dios le ofreció el estatus de «patriarca» para convertirse en padre de Israel de la misma manera que lo fueron Abraham, Isaac y Jacob. Moisés, ciertamente, sabía de su grandeza y fama; Dios lo usó para compilar sus historias en el libro de Génesis.
ii. Debemos considerar esto como una propuesta genuina de Dios; el Señor no falla a sus promesas. Si Moisés no hacía nada, este plan de Dios se llevaría a cabo de todas formas. El pueblo de Israel actualmente constituido perecería, y Dios haría un nuevo pueblo de Israel descendiente de Moisés. Dios, incluso, prometió a Moisés que esta nueva gente sería más grande y más fuerte que la actual.
iii. Aproximadamente un año antes de esto, Dios le hizo un ofrecimiento similar a Moisés, al proponerle hacer de él una «gran nación» después de que Dios juzgara a Israel tal como era en ese momento (Éxodo 32:9-10).
2. (13-16) Moisés intercede por Israel, apelando a la gloria de Dios.
Pero Moisés respondió a Jehová: Lo oirán luego los egipcios, porque de en medio de ellos sacaste a este pueblo con tu poder; y lo dirán a los habitantes de esta tierra, los cuales han oído que tú, oh Jehová, estabas en medio de este pueblo, que cara a cara aparecías tú, oh Jehová, y que tu nube estaba sobre ellos, y que de día ibas delante de ellos en columna de nube, y de noche en columna de fuego; y que has hecho morir a este pueblo como a un solo hombre; y las gentes que hubieren oído tu fama hablarán, diciendo: por cuanto no pudo Jehová meter este pueblo en la tierra de la cual les había jurado, los mató en el desierto.
a. Pero Moisés respondió a Jehová: Parece que Moisés no consideró la propuesta de Dios ni por un momento. En vez de eso, Moisés abogó por la nación y los amó a pesar de su rebelión.
i. Adam Clarke escribió que las palabras de la oración de Moisés «están llenas de simplicidad y energía; sus argumentos con Dios (porque él sí razonó y discutió con su Hacedor) son puntiagudos, convincentes y respetuosos, y aunque muestran un corazón lleno de humanidad, evidencian la más profunda preocupación por la gloria de Dios».
b. Lo oirán luego los egipcios, porque de en medio de ellos sacaste a este pueblo con tu poder: Moisés le pidió a Dios que perdonara a la actual nación de Israel por supropia gloria y reputación. Moisés sabía que si Dios hería y desheredaba a la nación actual y comenzaba de nuevo con él (Números 14:12), sería una mancha en contra de su reputación ante las naciones, especialmente ante Egipto.
i. Quizás, entonces las naciones podrían afirmar que «no pudo Jehová meter este pueblo en la tierra». Las naciones paganas podrían decir que el pecado y la rebelión del hombre eran más grandes que el poder y la bondad de Dios.
ii. «Aquí, Dios le ofreció a Moisés una fortuna privada, que él prudentemente rechazó, porque Dios sería un perdedor por ello». (Trapp)
c. Les había jurado: Moisés presentó la promesa de Dios ante Él. Le rogó a Dios que no les diera a las naciones la oportunidad de pensar que Dios no había sido fiel a su palabra.
3. (17-19) Moisés intercede por Israel, apelando al poder y la promesa de Dios.
Ahora, pues, yo te ruego que sea magnificado el poder del Señor, como lo hablaste, diciendo: Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta los terceros y hasta los cuartos. Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia, y como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí.
a. Sea magnificado el poder del Señor: Moisés se gloría en el poder de Dios, pero pide que Dios use su poder al mostrar misericordia y paciencia a un Israel rebelde.
b. Como lo hablaste: La lista de Números 14:18-19 es casi una cita de las palabras de autorrevelación que Dios le dijo a Moisés en el encuentro dramático que Moisés tuvo con Dios en Éxodo 34:6-8.
i. Tardo para la ira […] grande […] perdona iniquidad y la rebelión […] de ningún modo tendrá por inocente al culpable […] misericordia: Cada uno de estos atributos se menciona primero en Éxodo 34:6-8.
ii. Moisés, básicamente, dijo: «Señor, te has revelado a mí a través de tu palabra. Tu palabra declara quién eres. Ahora, Señor, por favor, actúa con Israel de acuerdo con quien has declarado ser en tu palabra».
c. Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia: Moisés conocía el poder de Dios y apeló a él; conocía la promesa de Dios y apeló a ella; y conocía la gloria de Dios y apeló a ella. Este fue un ejemplo espectacular de intercesión.
i. Lo que hizo que esta intercesión fuera espectacular no fue principalmente el método de Moisés (apelar a la gloria, el poder y la promesa de Dios); sino el corazón de Moisés en oración. Aquí, Moisés está totalmente centrado en los demás; no preocupado por su propia gloria, sino solo por Israel. Demuestra que comparte el corazón de Dios por su pueblo, y eso es lo que hizo espectacular la intercesión de Moisés.
ii. «Moisés puede tomarse aquí como una tenue sombra de Cristo. Moisés fue “fiel en toda su casa”; pero Jesús es el verdadero Mediador, cuya intercesión consiste en presentar la eficacia constante de su sacrificio, y a quien Dios dice siempre: “He perdonado según tu palabra”». (Maclaren)
C. El destino de Israel después de la rebelión de Cades-barnea.
1. (20) La promesa de perdón de Dios en respuesta a la intercesión de Moisés.
Entonces Jehová dijo: Yo lo he perdonado conforme a tu dicho.
a. Yo lo he perdonado: El corazón de Moisés y su método de intercesión tuvieron éxito. Estas son palabras dulces de escuchar para cualquier pecador.
b. Conforme a tu dicho: Esto significa que la oración de Moisés importaba. Algunos pueden preguntarse si la oración es un juego elaborado, en el que Dios amenaza con hacer algo que nunca hará de todos modos, y oramos, pretendiendo creer que Dios hará lo que ha prometido, y que cuando nos oye orar, olvida su vana amenaza y hace lo que iba a hacer de todos modos. La oración definitivamente no funciona de esa manera.
i. No entendemos la relación entre el plan eterno y soberano de Dios y nuestras oraciones; pero sabemos que no es un juego. Dios nunca quiso que Moisés pensara en ello como un juego y quería que Moisés al menos pensara que sus oraciones habían afectado directamente el resultado (Yo lo he perdonado conforme a tu dicho). ¡Deberíamos orar como si la vida y la muerte, el cielo y el infierno, fueran decididos por nuestras oraciones!
2. (21-25) El destino de los rebeldes y el destino de los fieles.
Mas tan ciertamente como vivo yo, y mi gloria llena toda la tierra, todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz, no verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá. Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión. Ahora bien, el amalecita y el cananeo habitan en el Valle; volveos mañana y salid al desierto, camino del Mar Rojo.
a. Mas tan ciertamente como vivo yo, y mi gloria llena toda la tierra: La respuesta de Dios a Israel estaría llena de su gloria y la reflejaría. Él mostraría misericordia y perdón, pero de una manera consistente con su gloria.
i. «El pueblo que se ha comportado de manera tan intolerable no será ejecutado, pero tampoco las cosas podrán volver a ser como el día anterior a la rebelión. Las palabras de Dios en el verso 21 son contundentes y directas; tan cierto como que vive, tan cierto como que su gloria llena la tierra, hay una sentencia que pagar». (Allen)
ii. Me han tentado ya diez veces: «Dios habló de los israelitas poniéndole a prueba “estas diez veces”, una expresión que denota una acción consistente durante un largo período de tiempo. Aunque el Talmud Babilónico delineó diez ocasiones específicas de sedición israelita, el número probablemente fue usado figurativamente y en contraste con las diez plagas que Dios trajo contra los egipcios». (Cole)
b. No verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá: Por tanto, los que pusieron a prueba a Dios y se rebelaron contra su promesa, no verían la Tierra Prometida. Se hizo una excepción para los pocos fieles como Caleb y Josué.
c. Mi siervo Caleb […] hubo en él otro espíritu […]decidió ir en pos de mí […] le meteré en la tierra. Dios alabó a Caleb, quien (junto con Josué) se mantuvo del lado de la fe, mientras casi todo Israel no creía en la promesa o bondad de Dios.
i. Caleb era siervo de Dios, un título honroso. Cuando todo Israel iba en una dirección, Caleb tuvo en él otro espíritu y permaneció fiel al Señor.
ii. De acuerdo con Clarke y otros, el sentido literal de esta frase hebrea es ‘se llenó en pos de mí‘. Caleb estaba completo, lleno, en su caminar con el Señor.
iii. Caleb recibió una gran y apropiada recompensa. «A Caleb se le concedería una extensión de tierra dentro de la asignación tribal para los judaítas, en la región de Hebrón, la ciudad mencionada explícitamente en el texto como la morada de los gigantes anaceos y la zona cercana a donde se procuró el enorme ramo de uvas». (Cole)
d. Volveos mañana, y salid al desierto: Dios los había llevado al umbral de la Tierra Prometida, pero se rebelaron contra Él y no entraron, por lo que los enviará de regreso al desierto.
i. Israel ha demostrado que todavía tenía mentalidad de esclavo. Los israelitas no pensaban como personas aptas para la Tierra Prometida de Dios. Tomaría más entrenamiento en el desierto hasta que la nueva generación se convirtiera en un pueblo listo para vivir en la Tierra Prometida.
ii. «Se encuentran dificultades y dolores mucho mayores en el camino del alejamiento de Dios que los que les ocurren a sus siervos. Seguirle implica un conflicto, pero rehuir la batalla no trae inmunidad contra la lucha». (Maclaren)
3. (26-35) La sentencia de muerte sobre los rebeldes.
Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo: ¿Hasta cuándo oiré esta depravada multitud que murmura contra mí, las querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan? Diles: Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros. En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí. Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun. Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis. En cuanto a vosotros, vuestros cuerpos caerán en este desierto. Y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto. Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo. Yo Jehová he hablado; así haré a toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí morirán.
a. Los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba: Dios dio el mensaje a la nación: esta generación debía morir en el desierto y nunca vería la Tierra Prometida. Era como si Dios les dijera: «No la quisiste cuando te la ofrecieron, así que ahora nunca la tendrás».
i. Ellos dijeron: «¡En este desierto ojalá muriéramos!» (Números 14:2). Dios ahora les dará su deseo. Si preferían la muerte a un caminar de fe, Dios haría que ese fuera su destino.
ii. Cuerpos: «El término usado aquí para sus cuerpos desechos […] a menudo es usado para describir cadáveres humanos que serían esparcidos en el suelo después de una gran batalla». (Cole)
b. Exceptuando a Caleb […] y a Josué: Estos hombres de fe fueron las gloriosas excepciones. Entrarían en la Tierra Prometida porque tenían el corazón y la mente de hombres nuevos.
i. Ni siquiera Moisés y Aarón fueron exceptuados. Tampoco entrarían en la Tierra Prometida, cada uno por sus propias razones. Pero recordamos que Moisés no estuvo exento de culpa en toda esta tragedia, ya que estuvo de acuerdo con la solicitud del pueblo de enviar espías en lugar de simplemente tomar la tierra con valentía por fe.
c. Pero a vuestros niños: Al excusar su incredulidad, Israel había alegado preocupación por sus hijos (Números 14:3) y acusó a Dios de querer asesinarlos. En un giro irónico, Dios dijo que serían sus niños quienes heredarían la tierra, mientras que los adultos incrédulos perecerían en el desierto.
i. Ellos llevarán vuestras rebeldías: El sentido de rebeldías es el de prostitución, y en este contexto, adulterio espiritual: infidelidad a Dios por la lealtad a los ídolos. No se nos dice de ningún ídolo obvio al que Israel se entregó en Números 14. Seguramente, lucharon contra algunos de ellos. Probablemente, lucharon contra algunos de los ídolos que nosotros luchamos hoy: ídolos de comodidad, seguridad, y el rechazo a arriesgar cualquier cosa por la promesa de Dios.
d. La tierra que vosotros despreciasteis: Si la generación de la incredulidad no confió en que Dios les daría la buena tierra de Canaán, fue como si la despreciaran. La Tierra Prometida era una tierra para tomar por fe, y los incrédulos y rebeldes despreciaron la buena promesa de Dios y la tierra.
e. Cuarenta años […] cuarenta días: Los espías, en representación de la nación, fallaron en la prueba de los 40 días. Ahora la nación sería probada por 40 años, y ellos saldrían purificados, listos para heredar la Tierra Prometida, pero solo después de que el hombre de incredulidad y rebelión hubiera perecido en el desierto.
i. Este fracaso en tomar la promesa de Dios por fe fue un punto de inflexión en la historia de Israel, y se recuerda en Números 32, Deuteronomio 1, Nehemías 9, Salmo 95, Salmo 106, Amós 2, 5, 1 Corintios 10, y Hebreos 3-4.
ii. Hay una analogía espiritual que hacer con la vida en Jesús bajo el nuevo pacto. El viejo hombre, el hombre todavía esclavo del pecado, nunca puede entrar en las promesas de Dios. El viejo hombre debe morir y el creyente debe considerar esto como hecho en Jesucristo (Romanos 6:6).
iii. Este punto de inflexión en la historia de Israel es una lección esencial para cada creyente, como se describe en el Salmo 95:7-11: «Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón, como en Meriba, como en el día de Masah en el desierto, donde me tentaron vuestros padres, me probaron, y vieron mis obras. Cuarenta años estuve disgustado con la nación, y dije: Pueblo es que divaga de corazón, y no han conocido mis caminos. Por tanto, juré en mi furor que no entrarían en mi reposo».
iv. El Salmo 106:24-27 añade esto: «Pero aborrecieron la tierra deseable; no creyeron a su palabra, antes murmuraron en sus tiendas, y no oyeron la voz de Jehová. Por tanto, alzó su mano contra ellos para abatirlos en el desierto, y humillar su pueblo ente las naciones, y esparcirlos por las tierras».
v. Siglos después, los líderes de Israel reconocieron este episodio pecaminoso en una oración: «Mas ellos y nuestros padres fueron soberbios, y endurecieron su cerviz, y no escucharon tus mandamientos. No quisieron oír, ni se acordaron de tus maravillas que habías hecho con ellos; antes endurecieron su cerviz, y en su rebelión pensaron poner caudillo para volverse a su servidumbre» (Nehemías 9:16-17).
vi. Hebreos 3:7-4:16 deja claro que Dios tiene un lugar de descanso y promesa para que cada creyente entre en él, y solo se puede entrar por fe. El hombre de incredulidad, autosuficiencia y egocentrismo nunca podrá entrar en el reposo y la abundancia de Dios.
4. (36-38) Una sentencia de muerte inmediata para los diez espías infieles.
Y los varones que Moisés envió a reconocer la tierra, y que al volver habían hecho murmurar contra él a toda la congregación, desacreditando aquel país, aquellos varones que habían hablado mal de la tierra, murieron de plaga delante de Jehová. Pero Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone quedaron con vida, de entre aquellos hombres que habían ido a reconocer la tierra.
a. Y los varones que Moisés envió a reconocer la tierra […] murieron de plaga delante de Jehová: Si la muerte de la generación incrédula tardaría unos 38 años (el número de años que faltaban para que el tiempo total del éxodo fuera de cuarenta años), la muerte de los diez espías infieles sucedió inmediatamente.
i. Aquellos varones que habían hablado mal de la tierra: Adam Clarke usó el juicio sobre los espías infieles que dieron el mal informe como una ocasión para advertir a los predicadores infieles que impiden que la gente entre en las promesas eternas de Dios: «Que los predicadores de la Palabra de Dios tengan cuidado de como estrechan el camino de la salvación; o hacen, por descripción injusta, perplejo y difícil ese camino que Dios ha hecho llano y fácil».
b. Murieron de plaga delante de Jehová: Este fue un juicio fuerte y temeroso contra estos diez espías incrédulos. Su pecado fue mayor que su propio temor e incredulidad; ellos influenciaron a todo Israel a seguirlos en su pecaminosa incredulidad.
5. (39-40) El arrepentimiento falso y superficial de Israel.
Y Moisés dijo estas cosas a todos los hijos de Israel, y el pueblo se enlutó mucho. Y se levantaron por la mañana y subieron a la cumbre del monte, diciendo: Henos aquí para subir al lugar del cual ha hablado Jehová; porque hemos pecado.
a. Y el pueblo se enlutó mucho: Cuando Israel escuchó la respuesta de Dios a su incredulidad y el juicio sobre los diez espías incrédulos, supo que había hecho una mala elección, llena de temor y contraria a la fe. Se enlutaron, sabiendo que sufrirían 38 años de muerte en el desierto a causa de esa elección.
b. Se levantaron por la mañana […] subieron a la cumbre del monte […] Henos aquí para subir […] porque hemos pecado: Israel esperaba poder deshacer las consecuencias de la terrible elección hecha a causa del miedo y la incredulidad. Aquí, hicieron muchas cosas buenas.
·Fueron enérgicos (se levantaron por la mañana y subieron a la cumbre del monte).
·Se presentaron ante Moisés y ante Dios (Henos aquí).
·Se comprometieron a seguir adelante con fe (para subir al lugar del cual ha hablado Jehová).
·Ofrecieron una confesión de pecado (porque hemos pecado).
i. Sin embargo, Dios no aceptó estas muchas cosas buenas ni se retractó de su solemne juicio de que esta generación vagaría y moriría en el desierto. Esto fue una imitación de arrepentimiento verdadero.
6. (41-43) Moisés le advierte a Israel que su arrepentimiento superficial no le concederá el favor de Dios.
Y dijo Moisés: ¿Por qué quebrantáis el mandamiento de Jehová? Esto tampoco os saldrá bien. No subáis, porque Jehová no está en medio de vosotros, no seáis heridos delante de vuestros enemigos. Porque el amalecita y el cananeo están allí delante de vosotros, y caeréis a espada; pues por cuanto os habéis negado a seguir a Jehová, por eso no estará Jehová con vosotros.
a. ¿Por qué quebrantáis el mandamiento de Jehová?: Moisés vio que algo andaba mal con estas palabras y acciones superficiales e insinceras. Ellos expresaron arrepentimiento por las consecuencias de su miedo pecaminoso e incredulidad; no un verdadero arrepentimiento por los pecados cometidos.
i. Uno puede sentir que el arrepentimiento de Israel no era una respuesta a la convicción del Espíritu Santo; era por iniciativa de ellos, para intentar que se hiciera la voluntad de Dios a su manera, en vez de a la manera de Dios.
b. Esto tampoco os saldrá bien: Moisés habló en nombre de Dios, y le advirtió a Israel que no podría escapar de las consecuencias de su pecado del día anterior. Si los israelitas intentaban entrar a Canaán antes de que Dios los guiara por fe, Jehová no estaría con ellos y fracasarían. A veces tenemos una estrecha ventana de oportunidad para la fe, y cuando la oportunidad pasa ya no hay vuelta atrás.
i. «Algunas veces las consecuencias del pecado y la rebelión son irreversibles, y uno debe soportar la experiencia del juicio de Dios antes de que un nuevo curso de acción traiga bendición». (Cole)
7. (44-45) El intento fallido de conquistar Canaán.
Sin embargo, se obstinaron en subir a la cima del monte; pero el arca del pacto de Jehová, y Moisés, no se apartaron de en medio del campamento. Y descendieron el amalecita y el cananeo que habitaban en aquel monte, y los hirieron y los derrotaron, persiguiéndolos hasta Horma.
a. Se obstinaron en subir a la cima del monte: Israel esperaba conquistar Canaán sin la presencia y la ayuda de Dios (pero el arca del pacto de Jehová, y Moisés, no se apartaron de en medio del campamento).
i. «Este breve episodio subraya el mensaje de toda la historia de los espías. Israel sigue sin tomar en serio a Dios ni escuchar a Moisés, su representante designado. No entrarán en Canaán hasta que aprendan la lección, y eso puede llevar mucho tiempo». (Wenham)
b. El cananeo que habitaban en aquel monte, y los hirieron y los derrotaron, persiguiéndolos hasta Horma: Su intento de conquistar Canaán con su propia sabiduría y fuerza fracasó rápidamente. Hicieron un intento inútil en la carne por lograr lo que se habían negado a lograr por fe, y terminó en derrota.
i. Irónicamente, cuando Dios estabacon Israel, no pensaron que fuera suficiente para conquistar Canaán. Sin embargo, cuando Dios noestaba con ellos, pensaron que podían conquistar Canaán.
ii. «La naturaleza, la pobre y caída naturaleza humana, siempre corre hacia los extremos. Este pueblo miserable pensaba que aunque tuviera al Omnipotente con él, no podría conquistar y poseer la tierra. Ahora, se imaginan que aunque Dios mismo no fuera con ellos, serían suficientes para expulsar a los habitantes y tomar posesión de su país». (Clarke)
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