Números 30 – El cumplimiento de los votos
A. La obligación de cumplir los votos.
1. (1) Moisés habla a los príncipes de las tribus.
Habló Moisés a los príncipes de las tribus de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que Jehová ha mandado:
a. Habló Moisés a los príncipes de las tribus: Esta instrucción fue dada a los líderes de las tribus de Israel, para que se la comunicaran a todos los demás en Israel.
2. (2) El mandato del Señor con respecto a los votos.
Cuando alguno hiciere voto a Jehová, o hiciere juramente ligando su alma con obligación, no quebrantará su palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca.
a. No quebrantará su palabra: Un voto ante Dios no es poca cosa. Dios ordenó expresamente que Israel debe tener cuidado de mantener sus votos y cumplir todos los juramentos hechos.
i. En muchos círculos hoy en día, romper un juramento es solo una práctica comercial estándar – pero ante Dios, es simplemente pecado.
ii. Algunas personas hoy en día creen que los votos o juramentos no están permitidos para un cristiano en la actualidad. Piensan esto por lo que dijo Jesús en Mateo 5:34-37: Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede (Ver también Santiago 5:12).
iii. Pero, en el contexto del resto de las Escrituras, vemos que Jesús no estaba prohibiendo los juramentos, sino más bien diciéndonos que debemos estar tan llenos de integridad en nuestras palabras que un juramento es innecesario.
iv. Jesús respondió bajo juramento en un tribunal (Mateo 26:63-64), y Dios mismo hace juramentos (Lucas 1:73, Hechos 2:30, Hebreos 3:18, 6:13, 17).
b. No quebrantará su palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca: Debido a que Dios toma nuestros votos tan en serio, a veces es mejor no hacer un voto.
i. Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porqué él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas (Eclesiastés 5:4-5).
ii. Muchos votos son simplemente tontos. “Nunca volveré a hacer eso” es un voto tonto, y es tonto e imprudente exigir tal voto de otra persona.
iii. Por supuesto, hay un voto que todos podemos y debemos hacer – un voto para alabar a Dios: Sobre mí, oh Dios, están tus votos; te tributare alabanzas (Salmos 56:12). Así cantaré tu nombre para siempre, pagando mis votos cada día (Salmos 61:8).
B. Votos que no son vinculantes.
1. (3-5) Una mujer joven bajo la autoridad de la casa de su padre.
Mas la mujer, cuando hiciere voto a Jehová, y se ligare con obligación en casa de su padre, en su juventud; si su padre oyere su voto, y la obligación con que ligo su alma, y su padre callare a ello, todos los votos de ella serán firmes, y toda obligación con que hubiere ligado su alma, firme será. Mas si su padre le vedare el día que oyere todos sus votos y sus obligaciones con que ella hubiere ligado su alma, no serán firmes; y Jehová la perdonará, por cuanto su padre se lo vedó.
a. Y se ligare con obligación en casa de su padre, en su juventud: El voto de una mujer soltera no se tomaba como vinculante, a menos que fuera aprobado de alguna manera por su “cabeza” – su padre, quien tenía el derecho de desautorizarla.
2. (6-8) El voto de una esposa invalidado por su esposo.
Pero si fuese casada e hiciere votos, o pronunciare de sus labios cosa con que obligue su alma; si su marido lo oyere, y cuando lo oyere callare a ello, los votos de ella serán firmes, y la obligación con que ligó su alma, firme será. Pero si cuando su marido lo oyó, le vedó, entonces el voto que ella hizo, y lo que pronunció de sus labios con que ligó su alma, será nulo; y Jehová la perdonará.
a. Si cuando su marido lo oyó, le vedó, entonces el voto que ella hizo… será nulo: El voto de una mujer casada no se tomaba como vinculante, a menos que fuera ratificado de alguna manera por su marido, quien tenía el derecho de desautorizarla.
3. (9) Una viuda o una mujer divorciada está obligada por sus votos.
Pero todo voto de viuda o repudiada, con que ligare su alma, será firme.
a. Todo voto de viuda o repudiada: Una viuda o una mujer divorciada no tenía un “jefe” varón de su casa (su “cabeza” es Dios directamente), por lo que está obligada por sus votos.
4. (10-16) El voto de una esposa confirmado por su esposo.
Y si hubiere hecho voto en casa de su marido, y hubiere ligado su alma con obligación de juramento, si su marido oyó, y calló a ello y no le vedó, entonces todos sus votos serán firmes, y toda obligación con que hubiere ligado su alma, firme será. Mas si su marido los anuló el día que los oyó, todo lo que salió de sus labios cuanto a sus votos, y cuanto a la obligación de su alma, será nulo; su marido los anuló, y Jehová la perdonará. Todo voto, y todo juramento obligándose a afligir el alma, su marido lo confirmará, o su marido lo anulará. Pero si su marido callare a ello de día en día, entonces confirmó todos sus votos, y todas las obligaciones que están sobre ella; los confirmó, por cuanto calló a ello el día que lo oyó. Mas si los anulare después de haberlos oído, entonces él llevará el pecado de ella. Estas son las ordenanzas que Jehová mandó a Moisés entre el varón y su mujer, y entre el padre y su hija durante su juventud en casa de su padre.
a. Si hubiere hecho voto en casa de su marido: Si el marido confirmaba el voto de su mujer (ya sea específicamente o con su silencio), entonces él era responsable de asegurarse de que el voto se cumpliera (él llevará el pecado de ella, Números 30:15).
i. “Él llevará el pecado de ella significa que él sufrirá por el voto quebrantado como si fuera suyo”. (Wenham)
b. Todo voto, y todo juramento obligándose a afligir el alma, su marido lo confirmará, o su marido lo anulará: Este es un resultado del principio de la cabeza. Cuando Dios declara que alguien está en una posición de autoridad legítima y se espera que otros se sometan a esa autoridad, la cabeza también es responsable ante Dios por el resultado.
i. Dios nunca otorga autoridad sin responsabilidad. Cuando esto se entiende, hace que la sumisión sea mucho más fácil.
©2022 The Enduring Word Comentario bíblico en español de David Guzik – ewm@enduringword.com